Ministro de AAEE de la Colonia de monos de Gibraltar, profundamente preocupado por el conflicto pesquero |
Gibraltar, ese grano en el culo de un gobierno impúber,
grano de tierra que pica y que no nos podemos rascar. Grano habitado por virus
humanos que no quieren pertenecer al culo habitado de los virus españoles.
Virus gibraltareños bilingües que de ninguna forma quieren dejar de ser lo que
son, gibraltareños, para pasar a ser españoles, a pesar de las ventajas que les
reportaría serlo. ¡Quién no quiere ser español, pertenecer a este país rico y
próspero, tener el pasaporte español!.
Si pensasen un poco en sus hijos, en su educación como
españoles, una educación pública y “gratuita”, con uno de los índices de
calidad más bajos, según el informe PISA, una elevada tasa de abandono, unos
recortes que sin lugar a dudas se orientan hacia la mejora de esa calidad. Si
reflexionasen un poco, no lo dudarían.
Pensando en ellos mismos tampoco, las ventajas fiscales, la
productividad de sus empresas, (aunque muchas de ellas nadie sabe dónde están
ni cual es su actividad), el bajo índice de paro que posee la Roca , como así la llaman
algunos. Factores en los que de ningún modo pueden competir con los que tenemos
en nuestra España y que no voy a desglosar porque todos los conocemos y no
quiero deprimiros.
Ante este escueto
esbozo situacional, el tema no es si Gibraltar es o debe ser español, sino si
nosotros podemos ser de Gibraltar.
Fuera de allí, incluso para los que no lo conocen, para los
que no saben ni dónde está, Gibraltar debe ser español, y punto. En esto se
basaba parte de la política de campaña del ppartido en el gobierno, retomar las
negociaciones y tener un Gibraltar nuestro, de todos los españoles. Pero para
los habitantes de la roca el tema cambia, por mucho que digan los ppolíticos
del PP o del PPSOE, ambos ppolíticos, entre las necesidades de los gibraltareños
no figura la de ser españoles, al menos a corto medio plazo, ya que por lógica
consecuente, verían destrozados sus esquemas de calidad de vida, más desde que
se abrió la frontera y salieron disparados con sus motos de gran cilindrada por
las generosas autovías andaluzas.
Así que Gibraltar es Gibraltar, y los de Gibraltar
gibraltareños y los de La Línea
“llanitos” y los de Algeciras “especiales”, y no liéis la manta que no está la
cosa para tonterías, al menos en las condiciones actuales.
Que yo sepa, hasta el momento, la independencia de las
colonias, aunque no sea el caso, ha surgido siempre se un sentimiento popular,
de los propios habitantes, de un deseo compartido y en pro de un desarrollo y
un beneficio común. De otra forma sería el caso contrario, una colonización, o
mejor dicho una recolonización.
Por lo tanto y cortando el rollo, los habitantes de allí no
quieren de ninguna forma ser de aquí, debido principalmente a que el escenario
no es el adecuado para motivar ese sentimiento de repertenecer a España. Y, en
segundo lugar, los negociadores habilitados para tal función, al más alto
nivel, tampoco son los pertinentes. Resulta que los que se llenaban la boca con
Gibraltar Español, no son capaces de resolver un “asuntillo” que infringe un
tratado firmado por las partes, el reciente conflicto pesquero en la zona.
Un asunto peliagudo que implica a las leyes internacionales
de competencia de aguas costeras, un problema que para nuestros queridos
representantes en la negociación no debe serlo, pues lo han minimizado.
Nuestro ministro de AAEE, se reunió con el ministro de AAEE
de ellos, se debieron tomar un güisqui, o dos, o tres o cuadtdo, y al quindto,
abrazados en dirección al Pub tomaron la suma decisión: “poz que sapañen entde
elloz”. Y es normal, si total, ¿Cuál es el problema?, que no dejan faenar a los
cuatro pesqueros de La Linea
y de Algeciras, ¡no pasa nada!, que se tomen un güisqui los pescadores y los
bobies y que lo resuelvan, como nosotros, dirían los ministros de las partes,
mientras brindaban de nuevo, ya en el pub.
Ya no es solo cuestión de lo que unos desean y otros no
quieren; pues están los monos, los monos de Gibraltar, gibraltareños como los
que más. Introducidos en “La Roca ”
por una aristócrata inglesa mientras gritó a los cuatro vientos que Gibraltar
sería inglés mientras allí hubiese monos, y los monos, muy monos no tienen otra
faena que tumbarse al sol, despiojarse y procrear; así que a procrear tocan, y
lo han hecho.
Se me ocurre que el tema puede tener una solución pacífica,
para los humanos, no así para los monos. Soltamos a nuestro querido por los que
lo quieren, monarca de la
España que añora un Gibraltar español, con una escopeta en la
espalda y le decimos que no son monos, sino elefantes disfrazados, y en un rato
Gibraltar ya sería Español.
Pero no, pobres monos, qué culpa tienen ellos de la
estupidez del hombre. Además, según el tío Darwin, son nuestros antecesores
directos, su desarrollo adaptativo hizo posible nuestra existencia. Sería como
exterminarnos a nosotros mismos, hecho que por otro lado no supone ningún
trauma para el hombre actual, acostumbrado ya a eso.
No, no es solución y me opongo rotundamente a la violencia
animal, espero que no lea este artículo mi tocayo y tome como suya la idea
propuesta y que despropongo en este momento.
Otra solución, más aceptable sería el diálogo con el
representante de la colonia de monos e instarle a abandonar la Roca , y me diréis que
nuestros políticos no saben el idioma de los monos; pero es igual, tampoco
saben inglés, y con los inglese negocian, o mejor dicho dicen que lo hacen,
como no se enteran de lo que les dicen…
Así que venga señor ministro de AAEE de España, ya está
tardando usted en planificar una reunión con el representante de los simios. Y respecto
a mis amigos los pescadores, sin problemas, arregláis vuestro “asuntillo” de
pesca con los de Gibraltar, como si de un simple problema de lindes entre dos
pueblos de Teruel se tratase, es decir, dos copas y cuatro Hostias y el que más
pueda capador, como decimos por aquí.
Salud que tengamos, que con estos políticos otra cosa no
tendremos.
Juan Carlos Vázquez
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