Sin palabras |
Dos equipos de autonomías claramente nacionalistas se
disputaron una copa que representa todo lo contrario; aunque yo creo que
representa lo mismo; solo que a distintos niveles de concreción. Un Vasco o un
Catalán, que defienden el nacionalismo de su tierra no hacen otra cosa que lo
que hacen los nacionalistas de España frente al mundo. En un mundo globalizado,
seremos nacionalistas todos los que no seamos mundiales, de esta forma un
Español será un nacionalista de su nación española frente a Europa y un Vasco
defenderá sus valores culturales como unidad frente a España o frente a quien
sea. Por lo tanto, todos somos nacionalistas. Yo mismo reclamo mi independencia
individual del resto del mundo, ya que yo soy yo y soy único e irrepetible, por
lo que mi Estado Nación se limita a mí
mismo. Ya me preocuparé yo de crear mis propias instituciones que regirán
mi política de relaciones con el exterior.
Además, que no se engañen, que a quien la gente abuchea no
es al trapo amarillo y rojo, ni a la corona de metal. Esto son simples objetos
y no les importa en absoluto lo que la gente piense sobre ellos. A quienes les
duelen estos pitidos y gritos es a los que realmente van dirigidos, y digo
realmente. Que aunque pongan caras de circunstancia, y quieren hacernos ver que
son inmutables a esta situación, no logran engañarnos y mucho menos engañarse
ellos mismos. La gente no les quiere y así se lo hacen saber.
No quiere a todo lo que representan los símbolos abucheados,
que no son ellos en sí los abucheados, como ya he dicho. Y estos que el pueblo
repudia mediante sus silbidos gritos e insultos, son los que se esconden tras
esa bandera o ese Himno, que son de todos, no suyos.
La gente está cansada y clama contra esta cuadrilla de
déspotas no ilustrados que están arrasando contra lo que un simple trapo y un
simple “son” representan, un pueblo, un pueblo fruto de múltiples invasiones y
con una multiculturalidad riquísima, que es lo que nos une, no lo que nos
separa, tal como les gustaría a estos atracadores de la dignidad humana. Pitan
al trapo que cubre los cuerpos de los que nos roban nuestro dinero, nos quitan
nuestro trabajo, se llevan el capital fuera de las fronteras de la Nación que dicen
representar, se lo entregan a sus amos los bancos sin ningún pudor, transforman
la democracia en PPcracia con la única excusa de haber sido los más votados,
según una democracia que solo se la creen ellos; pues no es verdad. Esa bandera
y ese Himno, están manchados de la mentira, la usura y el egoísmo.
Esperancita, Esperancita, déjanos silbar, deja que pitemos y
que os abucheemos que os da igual, eso no os supone nada. Seguiréis con
vuestras dictaduras territoriales, con vuestros Bancos Particulares, con
vuestras especulaciones de siempre; un abucheo lo soporta cualquiera y más si
no se tiene integridad y dignidad. Qué más os da a vosotros el “qué dirán” con
el que nos educaban nuestras madres, las madres de los pobres, las de las
cuentas de casa, del día a día, las que ponen varias lavadoras a la semana, las
que para llegar a fin de mes hacen milagros.
Yo también silbé, con todas las fuerzas y el aire que pude,
y espero que me oyeseis desde El Estado Independiente de mi Casa. Le silbé al
Rey, al Hijo, a toda su prole, a ti, Esperancita, le silbé a Rato, a Rajoy, a Wert,
Rubalcaba, Zapatero, a todos los directivos de Banca, a todos los políticos que
conozco; pero no lo hice a un simple trapo y un simple Himno, que no son más
que símbolos que no necesitamos para saber lo que somos cada uno de los que
vosotros mentís, estafáis y robáis bajo su sombra.
Juan Carlos Vázquez
Un PiPiartículo mogollónPiPigüeno, porque com tú dices, fue una real pitada.
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