Fusión de las especies |
Cada uno de nosotros, diferencias aparte, somos seres totalmente individuales en nuestras diferencias; pero sociales en nuestras relaciones, relaciones que se ven favorecidas, sobremanera, por esa diferencia que supone a su vez la base de la riqueza de nuestra especie. Ya me empiezo a liar yo solo; así que pongamos un ejemplo. Rajoy es un individuo que por sí solo constituye una subespecie dentro de la gran especie humana, al igual que yo soy el único representante de mi propia subespecie. Hasta aquí no hay problema. Al ser Rajoy diferente a mí, yo soy yo y él es él, con nuestras diferencias más o menos visibles; pero sin duda existenciales. Esta diferencia supone un alivio para mi propio equilibrio psicológico, al igual que supongo que le pasará a él con respecto a mí. Esta unicidad que nos caracteriza e individualiza, este conjunto de características diferenciales, (orgánicas, psicológicas y genéticas), no solo valen para diferenciarnos en la dirección Rajoy y yo, sino también en las relaciones de mi yo con Zapatero, o con González, o con Aznar, o incluso con el propio Rey, individuos con los que por suerte me diferencio notablemente. Es con estas subespecies, con las que merece la pena no ser confundidos, por lo que el hecho de tener más semejanzas con otras subespecies humanas no tiene mayor importancia, siempre y cuando no sean de aquellas catalogadas como humanus estúpidus o humanus gilipollescus, (Rubalcaba, Arenas, Montoro, etc.).
Por lo tanto, la especie humana se caracteriza por incluir tantas subespecies como individuos, echo que puede considerarse como indicador de éxito de nuestra organización social, al igual que sucede en algunos reinos animales, como el de las hormigas o las abejas. En estos reinos animales, una de las razones clave por las que se les considera tan exitosas es que osn de las especies que más clases diferentes de especies presentan, llegando a alcanzar las 12000 especies distintas. Esto nos asemeja con los humanos, al considerar cada individuo como una subespecie, por lo que podríamos considerar este echo como un factor clave de nuestro éxito como especie dominante.
Las hormigas representan el 20% de la biomasa total de los animales terrestres, indicador que nos puede servir de referente y criterio comparador con nuestra especie, ya que dentro de esta especie nuestra hay mucha, muchísima mierda, (biomasa), que por lo podrida que está y por la pestilencia que produce, bien podría utilizarse para la cogeneración energética, transformación que produciría la energía suficiente para desplazar a la Tierra de su Órbita habitual. Además de poder olvidarnos del petróleo y toda la mierda que lleva consigo.
El éxito de las hormigas en los diferentes hábitats terrestres se ha debido a su organización social y a su capacidad para modificarlos, y aquí radica una gran diferencia, ya que hablamos de modificar el hábitat, al hablar de las hormigas, no de joderlo, como hacemos los humanos, con lo cual además lo que hacemos es producir más mierda todavía..
La capacidad de adaptación de estos seres prehistóricos, se ve favorecida por la capacidad de aprovechar los recursos que proporcionan los diferentes ambientes en que se desarrollan y lo utilizan para el desarrollo de toda la comunidad de hormigas, a diferencia de nosotros, que arrasamos con los escasos recursos ambientales en beneficio de unos pocos, nunca de la comunidad humana.
Otro aspecto que ha garantizado la supervivencia, a lo largo de los siglos, es su sistemática capacidad de defensa frente a los agresores externos. El hombre creó los ejércitos con ese fin; pero con la salvedad de que la idea era expoliar una comunidad a otra, con el fin de quedarse con lo del otro expoliado, sumiendo a este en la miseria, al tiempo que el expoliador se enriquecía en proporción directa a la riqueza de las comunidades que expoliaba. Ejemplo de esto son los antiguos ejércitos de la Vieja Europa o los modernos ejércitos americanos con la ayuda de los de la Vieja Europa. O sea, que para la defensa de la especie ya están los americanos, que nos protegerán de los simios, de los elefantes (con la ayuda del Rey) e incluso de las Hormigas. Aunque visto lo visto no sé si atreverme a hacer predicciones de futuro de qué especie sería la vencedora de esta contienda, si la humana o la de las hormigas. Además ellas, aunque pequeñas, llevan todas armaduras y si realizan el ataque de noche gozan de un camuflaje perfecto. Los americanos tienen negros; pero son menos. ¡En fín, que no nos pase ná!.
Juan Carlos Vázquez
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