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Votantes españoles convencidos tras ejercer su derecho al voto |
Ya llegó,
porqué será que cada gobierno que entra en el poder tiene dos preocupaciones
principales, realizar las dos reformas de turno: la laboral y la educativa. Por supuesto, huelga decir que en estos dos temas quien menos
tiene que decir son los trabajadores y los estudiantes y docentes, claro está.
Estas cuestiones reformistas son simples e irrenunciables trámites políticos, a
realizar en cada cambio de turno en el gobierno. En esta España bipolar,
dividida en bandos opuestos, donde todo es blanco o es negro, (los que van a
misa y los que no van, los rojos y los fachas, con estudios y sin
estudios, los casados y los no casados), lo importante es hacerse notar, hacer
ver a todos que ahora mandan unos o mandan otros y como mejor hacerlo es con
estas dos reformas.
En esta
alternancia política sin sorpresas, casi pactada, al no haber cambios
sustanciales en lo referente a política económica, pues aunque nos vendan
distintos pescados, el patrón del pesquero es el mismo, no nos engañan. Aunque
bien que lo intentan, gracias a un método disuasorio infalible, la distracción,
ocupar el interés del pueblo en otros temas, que no son otros que estas dos
reformas mencionadas y adornados de vez en cuando con otros temas como el
fútbol, algún mensaje papal de esos que están totalmente fuera de contexto,
quizás unas manifestaciones populares, promesas futuras de subidas o bajadas de
impuestos, (que siempre acaban siendo subidas, no nos engañemos). De esta forma
tan sutil, hacen lo que les place unos y otros con la economía, hasta
llevarnos a la más miserable de las ruinas, mientras nosotros estamos
distraídos en la temida y temible reforma laboral o educativa. ¿Alguien lleva
la cuenta de cuantas han sido estas en los años que llevamos de “Democracia”?,
(vamos a dejar esta denominación, no porque la comparta, sino por no
extendernos en el tiempo y desviarnos del tema que nos ocupa),
Ya tenemos
al PP en el gobierno y les ha faltado tiempo para cargarse la asignatura de "educación para la ciudadanía", una asignatura obligatoria en las sociedades
actuales, donde los valores están realmente en crisis, pero tanto nos han
distraído con ese tema, desde los púlpitos incluso, que nos han aborrecido
hasta a los más pacientes. El propio ministro afirma que esta asignatura, desde
su nacimiento, ha estado regida por la polémica y ha creado una seria
división en la sociedad y el mundo educativo. A ver, señor ministro, eso lo
dicen ustedes y sus amigos de sotana, yo no he notado lo que usted afirma en el
colegio de mi hija y hay unos tres mil alumnos, todos ellos con sus padres
respectivos.
Así que ahí
va parte de la gran reforma, el ministro José Ignacio Wert, ha
anunciado este martes que sustituirá la asignatura de “Educación para la Ciudadanía” por una
"asignatura de “Educación Cívica y Constitucional". El temario
estará "libre de cuestiones controvertidas y de adoctrinamiento
ideológico", Y esto lo dice y se queda tan fresco, creo que piensa que nos
lo hemos creído.
Otro de los
pilares de esta reforma es la universidad, su capitalización, Wert ha nombrado
o nombrará, un Consejo de Expertos de Alto Nivel, cagaté, con perdón, que
emitirá un dictamen dentro de seis meses, cosas de la magia alquimista, (igual está Felipe entre estos sabios). Ha comparado el 0,7% de financiación
privada de la universidad pública española con el 1,2% de la UE, así que será de "gran
utilidad" la próxima ley de mecenazgo. Es decir que hasta de la Universidad tienen que
sacar más tajada las afiladas uñas del capital, todo ello por una mejor
educación y formación de nuestros futuros investigadores, ingenieros, químicos,
lingüistas, matemáticos, etc. Aún a sabiendas que lo más probable es que
engrosen las filas del paro o, con suerte, puedan reponer productos en las
estanterías de algún supermercado de barrio, eso sí con su titulación, la cual
le habrá costado un pico. Gracias a estos trabajos dignos, por supuesto, estos
jóvenes podrán hacer frente al endeudamiento que han provocado los estudios en
las maltrechas economías familiares, o en el peor de los casos volveremos a esa
educación selectiva en la que solo los ricos podían realizar estudios
superiores. Los pobres con una FP o un oficio ya tenían bastante, y a callar
que para eso ha hecho Dios a los ricos y a los pobres.
Esta es la
reforma educativa que necesitan nuestros jóvenes para llegar a ser una
generación crítica, creativa, competente, cualificada, adaptada a los nuevos
retos, concienciada y solidaria.
Juan Carlos
Vázquez
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