La estupidez humana, dibujo Juan Carlos Vázquez |
Las Agencias de Calificación, auténticas pitonisas bursátiles, vaticinan diariamente el futuro de nuestra economía. Yo no he creído nunca en esto de los adivinos, pitonisa Lola, Ruper; es más, creo que no he creído nunca en nada; pero es asombroso el poder de convicción que desprenden estos auténticos embaucadores sobre el conjunto de la sociedad.
Es difícil erigirse a si mismo en rectores únicos y fiables, a todas luces, de nuestro futuro económico. Los medios de comunicación unidireccionales, haciendo gala de su poder sobre la psicología de las masas, nos presentan diariamente los datos económicos, más bien amenazas, ofrecidos por estas Agencias. Cubren las cabeceras de los telediarios y las portadas de muchos periódicos, de forma que día a día nos marcan la pauta de lo que será el futuro de nuestra economía y día a día nos asustan, nos meten el miedo en el cuerpo, nos conducen hacia su realidad, hacia donde nos quieren conducir, hacia los intereses del ocultismo económico en el que se refugian los grandes capitales mundiales, que por cierto no son tantos.
La fé y la estupidez son las dos propiedades que más nos distinguen de los animales, y esto o algo parecido, no es nuevo, creo que ya lo dijo A. Einstein. Digo esto porque un animal que recibe un palo procura no repetir la acción por la cual se ha llevado tal castigo, al igual que si recibe un premio repetirá la acción una y otra vez hasta cansar a su amo o agotar los premios. Pero el hombre actual, el homosapiens bursátil, le pueden pegar veinte millones de hostias entre las cejas y vuelve a hacer lo mismo, ¡atontao!. Si, por ejemplo, tenemos una agencia de calificación que otorgó la triple A, AAA, a los bonos basura de las hipotecas americanas y a los bancos descontrolados de Islandia, y que con ello no solo se equivocó, sino que aceleró el proceso de la CRISIS en la que nos vemos envueltos actualmente en todo el mundo, y puede que hasta en parte del universo. No seamos tan estúpidos de seguir otorgándole credibilidad a estos adivinos patateros y churriguerescos, que se dediquen a leer la mano o a besar sapos; pero que no nos vendan más tonterías, que no los creo. Quizás, como adivinos, como personajes de ese mundo oculto y paranormal de la adivinación y de las varitas mágicas, posean poderes imnóticos que hagan posible anular los cerebros de nuestros economistas más procaces, de nuestros políticos más audaces, de forma que controlando estos son capaces de controlar al resto de la población, menos duchos en las materias estas del ocultismo económico de los grandes Mercados y del neoliberalismo. Este triunvirato económico, Standard & Poor´s, Moody´s y fitch Group, al servicio de los GRANDES MERCADOS, y con el apoyo unánime de las políticas neoliberales, que cada vez más ensombrecen con su poder el panorama económico mundial, pretenden hacernos creer, como en un estado de trance de las antiguas culturas amazónicas, son capaces de entrar en contacto directo con el Dios de turno, que les dirá la verdad sobre nuestras maltrechas economías y que le dictará lo que debemos hacer con ellas para mejorarlas. Así, Mientras esta cuadrilla de embaucadores entran en trance, el resto de los humanos boquiabiertos e imnotizados por la fe en estas predicciones esperamos boquiabiertos la resolución de estos estafadores mundiales con calzoncillos de oro. Si nos dicen que la solución es la contención del gasto público, sea, si nos dicen que la salvación de nuestras empresas reside en la exportación, sea, si nos dicen que hay que reforzar el sistema bancario, sea, si hay que hacer una nueva reforma laboral, sea. Realmente nos diferenciamos de los animales, somos capaces de dirigir nuestros propios destinos, guiados no por el instinto de la supervivencia de nuestra especie, sino por esta cuadrilla de cuatreros robavacas de chaqué. Nos mueve una profunda fé y una mayor estupidez, cosas que, ni una ni otra, que yo sepa, son cualidades del resto de animales.
Juan Carlos Vázquez
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