España es roja y sale a la calle, más que le pese al PP |
Las causas de la actual crisis, son por todos conocidas, o
eso creo, ¿no es así señor Rajoy?. Pues no, parece ser que no se entera, y
usted “erre que erre”, le extiende la mano a Merkel y por detrás se la está
ofreciendo a François, al tiempo que le tira guiños a nuestro amigo romano. Es
como si jugase o quisiese jugar con todas las cartas, lo cual indica que es un mal
jugador, un jugador tramposo. Y digo tramposo porque de esta forma juegan los
que no tienen su propio juego, los que no tienen las ideas claras, los que no
se fían de sus propios órdagos y recursos.
En fin, no sé si estará haciendo su juego o en su forma de
jugar está haciendo el juego de los demás, de cualquier forma, la situación de
los que estamos aquí, en esta su España que tanto babea al mencionarla, aunque
no esté aquí más que para recibir a la selección del fútbol, es cada vez peor. Pero
no importa, esos héroes de patadas al balón, le han dado cuartel durante unos días
y hacen posible que el pueblo se olvide de usted y de su espada afilada.
Con la educación en pie de guerra, la sanidad pública en
proceso de desmantelamiento, la justicia haciéndose valer por sus propias
injusticias, los grandes poderes neoliberales arrasando con todo lo social en
pro de su enriquecimiento inhumano e imparable, con una sociedad caracterizada
por la indefensión aprehendida, con unos índices de paro límites, España está
contenta, somos campeones de Europa.
300.000 euros por cabeza, por dar patadas a un balón, muy
bien dadas por cierto; pero patadas, al fín. Y la gente los aclama como césares
victoriosos, y salen a la calle e inundan Madrid de una gran marea roja, lo
cual me alegra, España es roja, al menos mientras duren los vapores del triunfo
futbolístico. Y digo España, porque se podían contar por miles los que
acudieron a semejante aclamación, y es que un tal Reina, que ni jugó, se
convirtió en líder de semejante revuelta popular.
El Rey fue rojo, Rajoy fue rojo, Espe fue roja, fuimos rojos
hasta los que ya lo somos, y ese tal Reina, famoso y rico por parar las patadas
que otros dan, deleitó a esos miles de personas, que salen a la calle porque el
equipo de su pueblo ha ganado un partido de fútbol. Es lo que tienen las masas,
la psicología de las masas, ese fervor contagioso que une unos con otros
anulando las personalidades individuales en pro de sentimientos que se hacen
valer como superiores. Nada de ideas universales, ni de valores irrenunciables,
un simple sentimiento de victoria, que para nada nos afecta en nuestras
cotidianas existencias, nos hace salir y gritar y beber y abrazar al
desconocido de nuestro lado, y somos felices, muy felices; y mañana a trabajar
(el que trabaje), pero no importa hemos ganado y habla Reina y la multitud
grita y aplaude y ríe. Y el Rey es feliz, y las princesas son felices, y las
hijas de las princesas son felices y todos estos comen perdices.
Europa se rinde a nuestros pies y es en este único juego, en
los demás la situación cambia radicalmente; pero no importa, todos somos rojos
por una vez y estamos unidos por una vez y eso me alegra. Si hubiese sido así
hace años, Franco sería un perfecto desconocido, y la historia de España se
escribiría con otras letras. Pero por desgracia esto solo lo consigue un hecho
tan intranscendente como un partido de fútbol, protagonizado por una banda de
deportistas con unos sueldos antimorales en la situación actual, que declaran
sus pecaminosos jornales en Sudáfrica o en Polonia para evitar el fisco del
país que , con tanto orgullo representan. Para
combatir esa posible indignación del pueblo, respecto de sus “pecunios”,
decidieron donar esos 300.000 euros, por cabeza, de la final, a causas
sociales; pero de forma anónima, cosa que no entiendo, ya que para ser anónima
no se tiene que saber, y esta cuadrilla de botas de oro con la ESO, lo primero que hicieron
es publicar en los medios su anónima intención, (lo que desde aquí les quiero
recordar).
España está alegre, se regocija viendo un autobús cargado de
apestosos niños ricos borrachos de alcohol y victoria, una banda de impresentables
césares de una batalla de patadas. Ejemplo a seguir por nuestros niños, valores
que hay que promocionar, como competición, lujo, dinero, alcohol, etc.
Bochornosa aclamación roja; pero en fín y al fin, España se
tiñó de rojo, Rajoy y Reina, Reina y Rajoy, rey y princesa, y Madrid y ESPE, España
entera, todos juntos y rojos y aclamados por esa roja marea que se quiere
olvidar del mañana y vivir el hoy, nada más que el hoy, porque quieren ser
felices y hoy lo son aunque no saben ni porqué.
Juan Carlos Vázquez
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