Sindicalista subvencionado dándole lo suyo al poderoso (el sindicalista es el pequeño, ¡ejem!) |
Mientras unos lloran desconsolados esta gran pérdida, otros
celebran con champán la misma, estos últimos, los tripasllenas de bolsillos
hinchados, se regocijarán en el sufrimiento de los primeros. Esta cuadrilla
neoliberal de ahora, han sido los realizadores y actores principales de este
demencial suceso, ayudados por los disfrazados de socialismo del mentidero izquierdista,
que se han ido turnando en el poder en pro de establecer las bases de degradación
de los derechos sociales de la clase obrera que los ha llevado a esta situación,
a este lugar y en este momento.
El cortejo fúnebre estará encabezado por los autodenominados
líderes sindicales de los sindicatos de masas, que con sus maquillajes de
indignación social, solo esperan conseguir dos cosas, engañar a los verdaderos
consternados por la pérdida y que acabe la “representación”, para regresar a
sus sillones aterciopelados situados a la diestra y a la siniestra de aquellos
contra los que supuestamente combaten; pero que por otro lado los subvencionan.
Sin pensar mucho, todos podemos apreciar una connivencia entre estos, entre
sindicato y poder, de tal forma que yo te dejo que digas de mí; pero sin
pasarte, hasta una línea marcada y pactada que no debes sobrepasar. Sería de
tontos morder la mano de aquel que te da de comer, ¡claro está!
Todo esto acontece en el momento en que se cumplen 200 años y
diez días de la firma de uno de los documentos más importantes de nuestra
historia contemporánea, la Constitución de Cádiz, para los amigos “La Pepa”,
nombre fruto del humor gaditano al coincidir esta fecha con la festividad del
Santo José. Este legajo supuso el triunfo del liberalismo político en una
España convulsa, a la vez que se hizo extensivo a las “provincias de América”,
ya que en la impresión de la firma participaron representantes de las Américas,
los cuales venían en representación de un futuro federal autonomista más que
independentista.
Pero la alegría dura poco en casa de los pobres, ya que los
tatarabuelos de los actuales neoliberales, estaban realmente jodidos, y perdón
por la expresión, y como estos no se pueden tragar su orgullo y no pueden dejar
de “dar pol saco”, (ya que les fastidia sobremanera ser los derrotados, al
igual que le pasa a Arenas en Andalucía), no pararon hasta que consiguieron la
vuelta de la monarquía absolutista, del Rey Fernando VII de Borbón, ¡cómo no!. Este capullo; pero
capullo real, como todos los capullos reales, derogó la famosa PEPA, con el afán
de acabar con los liberales de la época, devolviendo el favor a los
antiliberales que le habían devuelto su trono.
Estos hechos históricos no se pueden comparar en ningún
momento con los actuales, ya que en aquel entonces aún primaban las ideas y las
transiciones de un régimen liberal a otro no liberal suponían verdaderas
revoluciones que afectaban a todos los ámbitos sociales. Ahora pasamos de un
dominio socialista a un dominio de la derecha y apenas notamos el cambio, ya
que los primeros se encargan de preparar el terreno los segundos, socialismo,
que no lo es, y la derecha en España actual forman parte de un continuum, en el
que se hacen la cama mutuamente para acabar jodiendo en la misma a los de
siempre. (y de nuevo perdón; pero es que se me va la lengua, digo la mano).
Así que a partir de ahora borrón y cuenta nueva; pero sin
empezar de cero, sino de mucho más atrás; pero de lo que deben darse cuenta los artífices
de esta aberración social, es que lo que tratan de enterrar el día 29 es una
actitud ante la vida, una ideología, para lo que no vale esa manida frase de “polvo
eres y en polvo te convertirás”. El mundo de las ideas no pertenece al del
polvo, que el polvo es de humanos, y no me malinterpreten. Las ideas no son
polvo por el simple hecho de que no son materiales, ni entienden de materia ni
de materialismo alguno, son solo eso, ideas que vagan por el espacio etéreo de
lo metafísico, que no sé lo que es pero que ahí está, desde el origen de los
tiempos, desde que el hombre tiene conciencia de lo que es. Estas ideas errantes
en este firmamento descrito se acaban posando tarde o temprano en el cerebro de
aquel que se convierte en líder de verdad y que lo estarán esperando para todos
juntos dar al traste con el materialismo de los seres de polvo que hoy con
champán brindan ante esta triste pantomima fúnebre.
Juan Carlos Vázquez
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