martes, 7 de febrero de 2012

LOS PROFESORES SERÁN AUTORIDAD PÚBLICA EN ARAGON

Nuevas herramientas docentes
Este es uno de los titulares de nuestro maravilloso periódico Heraldo de Aragón, el cual, como representante del cuarto poder en nuestra comunidad autónoma se erige a sí mismo como juglar y comunicador de lo que acontece en este Reino venido a menos. Respecto del titular arriba mencionado, tan impactante, yo pienso, ¿cuándo han dejado de ser una autoridad?, vamos a ser serios, los problemas educativos de una gran minoría no deben generalizarse. Las familias “normales”, nunca han quitado autoridad a estas personas, saben perfectamente cual es su trabajo, saben que trabajan con personas, y no son unas personas cualquiera, son nuestros hijos, por tanto tenemos claro, como padres, donde empieza y dónde acaba su labor; porque no lo olvidemos, tiene un límite.
La labor del profesional de la educación se rige conforme a un código ético o deóntológico, que nadie pone ni debe poner en cuestión; pero en cuanto a la autoridad no hay otra que la que la profesión requiere. Deberíamos analizar el concepto de autoridad al que se refieren los señores del PP, mientras los grandes pedagogos españoles fueron expulsados o fusilados, cuando este país era conocido como Patria, la educación sufría un proceso renovador incesante, se buscaba sobre todo la libertad del educando, persona que aprende, y sobre todo se pretendían dos cosas, una, la felicidad de los niños como base indiscutible de su educación y desarrollo, y otra, la motivación , enseñar a aprender, dotar a nuestros pequeños de las herramientas que los hagan personas críticas y creativas.
Estas pugnas partidistas, con la educación de por medio, como arma arrojadiza, este impulso ansioso por dominar la educación, por controlar le enseñanza en pro de unos intereses determinados,  es lo que ha sumido a nuestro país en la incultura y en la ignorancia, es lo que ha hecho posible la cultura del ladrillazo, de una generación de jóvenes que para qué iban a estudiar si ganaban más de fontanero o de peón de albañil de lo que ganarían con estudios superiores, (desde la consideración de la dignidad que merece todo trabajo, por supuesto).
Es esa falta de educación, esa ignorancia arrastrada durante generaciones, la que hay que combatir o al menos intentar que se perpetúe en el tiempo, pero no con más autoridad, que ya la tienen y nadie se la quita, y en los casos más extremos para eso está la justicia, para poner a cada uno en su sitio, o eso dicen.
No se mejora la educación dotando de más autoridad a los maestros, ni dándole pistolas, la educación se mejora con eso con educación, con medios, con innovación, con apertura al exterior, desinstitucionalizando la enseñanza en algunos aspectos, con flexibilidad, con participación, con comunicación horizontal, contra la mera transferencia de conceptos, acercándola a la realidad, etc. Y partiendo siempre del alumno, el eje en torno al cual debe girar toda la labor educativa, y sin  olvidar que el protagonista de la educación es el alumno, no el maestro.
Una frase hecha por Jonathan Pool ( con el permiso de los buitres de la SGAE), dice que hay tres tipos de profesores:
  1. La mayoría de los profesores, que enseñan hechos
  2. Los buenos profesores que enseñan a sus alumnos ideas
  3. y los grandes profesores que enseñan a sus alumnos cómo pensar.
Es este último modelo de maestro el que verdaderamente interesa a una educación moderna, eficiente y eficaz, lo que no significa que sea el tipo que interesa a la corriente política dominante, no ideológica, por supuesto. Y este profesor orientador, guia de nuestros hijos, no necesita que ningún gobierno de turno refuerce su “autoridad”, sino que lo dejen trabajar, que le faciliten los recursos que necesita y que le dejen enseñar en paz, todos saldremos ganando, profesores, padres y sobre todo y principalmente los alumnos, que es de lo que se trata.

Juan Carlos Vázquez

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