En el país
que quedan personas que proclaman a los cuatro vientos ¡viva Franco!, aún a
sabiendas de la imposibilidad de su realización, en el país que las personas
votan a la derecha porque siempre han sido de derechas, en el que las personas
de izquierdas votan al PSOE, pensando que este es de izquierdas, en el país en
el que los imputados judicialmente por razones de estafas, malversación de
fondos públicos sonríen a las cámaras momentos antes de entrar al juzgado, en
el país en el que se compensa económicamente a los directivos y banqueros que
han llevado a la ruina sus empresas, en el país en el que la familia real se
encuentra llena de mierda hasta el ombligo por supuestas “apropiaciones
indebidas” de dinero ajeno a ellos de alguno de sus miembros, en ese país vivo
yo.
Es algo así
como el “país de las maravillas” de Alicia, solo que el autor de esta novela
estaba pasado de “tripis”, (droga alucinógena a base de LSD) y yo estoy sereno
y cuerdo, y por lo tanto, para mí las maravillas se transforman en dolores de
cabeza, de estómago, asco y mala leche.
En primer
lugar, me parece inexplicable que siga existiendo gente que diga la manida
frase de “viva Franco”, quizás se refieren a Franco Batiatto, en cuyo caso la
frase toma el sentido de buenos deseos hacia ese cantante; pero no, no se
refieren a este ilustre artista, sino al Franco de España, a nuestro Franco,
que lleva muerto 37 años. Y como es posible que existan personas que deseen que
viva, si no se hubiera muerto, ahora tendría bastante más de la centena de años
y su estado sería deplorable, por lo que no creo que los que digan esta frase,
lo deseen de verdad y mucho menos que sintiesen algo por este señor. Menos aún,
después de muerto. Por lo tanto, los melancólicos de esa época que le deseen
una “feliz eternidad”, o un simple “descanse en paz”. Y digo esto de sus
nostálgicos, no hablemos de sus detractores, que son más, o de sus exiliados, o
de sus viudas, o de sus viudos, o de sus muertos, o de los que no pensaban como
él decía que había que hacerlo,…
Vamos, que
los muertos al hoyo y los vivos al bollo, y en eso estamos, en el bollo; claro
está que para eso debe de haber bollo, o medios para poder conseguirlo, y en la España en que vivimos o
mejor en la que subsistimos, cada día se está poniendo peor lo del bollo en
cuestión.
Ahora
resulta que esta dificultad para tener un simple bollo que llevarse a la boca,
la hemos potenciado nosotros, es culpa nuestra y de nadie más que no tengamos
ni para pipas, pues bueno, que vamos a decir, nos lo han repetido tanto y nos
lo han machacado tantas veces que casi me lo creo. Es culpa mía, soy el
verdadero; pero no único culpable de la crisis mundial, casi me halaga ser el
causante de algo tan importante y de tanta trascendencia histórica. Esto es así
porque he vivido por encima de mis posibilidades, es decir, he trabajado, he
estudiado, me pude comprar un piso modesto y un coche de segunda mano, por lo
tanto sí, si esto es vivir por encima de mis posibilidades soy culpable. Además
pienso que lo soy, ya que por desgracia, si me comparo con otras personas o
colectivos menos afortunados y vivir por encima de las posibilidades es que he
vivido mejor que otros, sí, lo reconozco y lo siento.
La Constitución española dice que todos tenemos
derecho a un trabajo, a una vivienda digna, a una asistencia sanitaria gratuita
y esto es lo que he tenido, y ya digo, que, constitución aparte, me he
aprovechado del mundo y he sobrevivido. Digo que constitución aparte, porque de
lo que dice no me creo nada; pero fijaros, siendo tan mentiroso y engañoso lo
que nos venden en ese solemne texto, aún hay quien se cree lo que en él dice;
pues ante cualquier contradicción o petición soberanista o de derecho, por
ejemplo, siempre se pone la excusa de la inconstitucionalidad de tal petición.
Además hay un tribunal creado para esto, para determinal la constitucionalidad
o no de los hechos; pues si es así, trabajo no le falta o no debería faltarle.
Es contradictorio ¿no?, que mientras se desahucia a las personas con hijos a su
cargo de sus viviendas, se deja sin trabajo a más de cinco millones de
personas, se quiere acabar con la sanidad pública y gratuita, se valgan de la
constitución para negar el derecho a los catalanes a la independencia, o a los
jóvenes a beber cerveza en las calles, o a los abuelos a escupir en el suelo de
la acera, o a los árabes a rezar, o a los manteros a vender cuatro CDs mal
grabados.
Es
anticonstitucional, por lo tanto hay que impedirlo, y para ello se valen de la
policía anticonstitucional, esa policía heredera de otros tiempos y lugares con licencia para matar, para dar
palos sin ton ni son, para entrar en estaciones de tren porque está cerca de
una zona de disturbios y agredir, si agredir a todo lo que se menea, policía
vestida de policía y vestida de malos con capucha, con el fin de armarla si los
de la capucha de verdad no son capaces. Cuando estos se manifiesten tendrán que
autolesionarse, si no quien les va a pegar, vaya mierda de manifestación.
En este
entorno, en el que la constitución, rectora de la política de un país es un
simple papel mojado es donde se desarrolla el caldo de cultivo de petimetres,
malandrines, estafadores, vividores de la política, maridos de princesas que
piensan que todo es poco, princesas indultadas por ser eso, princesas;
folclóricas acusadas por no ser princesas, alcaldes, políticos, banqueros y
demás ralea, esquilmando el dinero de todos menos suyo hasta que lo hacen suyo,
con plena inmunidad e impunidad.
En este
mundo en el que hasta yo me siento culpable de lo que pasa; pero sé que no soy el
único culpable y que si soy culpable es de permitir que los verdaderos
culpables salgan fortalecidos de sus delitos. Me duele ver como nuestros
políticos dedican sonrisas cómplices a los periodistas en las ruedas de prensa
en las que van a dar a conocer los nefastos datos de su gestión, esos datos que
nos pueden llevar al paro, a los días sin bollo, que nos llevan a vivir con la
inseguridad tatuada en nuestras mentes, a vivir el día a día sin saber qué será
de nosotros mañana, a convivir con la incertidumbre de nuestro futuro próximo,
a sentirnos degradados en nuestra autoconciencia por su culpa. Deberían tener
la dignidad de mantener una actitud seria y condescendiente con su pueblo,
pueblo al que van a ajusticiar, a condenar a hacerse cargo de los delitos de
otros, pueblo al que le van a arrebatar su tesoro más valioso, la dignidad.
Por todo
esto no paso, no se puede permitir, que se vayan a la mierda, ellos y su mierda
de constitución, con minúsculas, que ya nos encargaremos de crear una nueva
Constitución, con mayúsculas, que ya lo hemos hecho otras veces; pero ustedes
se van todos a la Mierda,
y esta sí, con mayúsculas.
Juan Carlos
Vázquez
Estimado amigo.
ResponderEliminarEsta claro que todavia hay seres inhumanos que con Zranco (perdon, no me sale), me "iva" mejor.
Y son de los de la vieja escuela,que todavia presentes estan o,los de la semi nueva que perduran las enseñanzas de nuestro amigo ANSAR.
Sucesor de sus enseñanzas.Es agora nuestro querido presidente,a las ordenes del neocapitalismo europeo el nuevo elemento a las ordenes de la banca privada.
Si de una puta vez el banco central europeo ejeciera como tal,tal vez de destinar el 90% del pib en pagar deuda (interes social ,al 1% en vez del 6% que estamos pagando a los especuladores) en este puto pais podriamos respirar y ; trabajar y pagar.
Pero no. Los putos bancos en vez de prestar dinero a los emprendedores ,prefieren invertir en productos financieros que seguro no entiendenden ni ellos para ganar dinero mas rapidamente. Si hace falta pasta los recapitalizamos con nuestro dinero y ya esta.
Me viene a la cabeza un buen actor Español que no tenia pelos en la lengua ...BAYASE USTED A LA MIERDAAAAA.
Baya frase mas cojonuda para dedicar a nuestro querido Trajoy (perdon , no me sale su nombre)
Tronk.
Postdata :
ResponderEliminarYo no se escribir ,solo se pintar letras como me paice que pienso.
Salud.