domingo, 30 de septiembre de 2012

REQUIEM EN ROJO

Santiago con bastón, sin cigarro y banderas de España de fondo
La Semana pasada nos dejó un histórico del comunismo en nuestro país, Santiago Carrillo, figura trascendente y trascendental de nuestra transición política hacia esta mal llamada Democracia. Figura política polémica, tanto  por lo que hizo como por lo que, desde determinados sectores de la derecha dicen que hizo. Como todo buen luchador de sus ideas, sufrió la cárcel y el exilio, en los tiempos que estos términos significaban realmente cárcel y exilio. En 1977, algo más de un año después de la muerte del dictador de los dictadores, regresó, desde Francia, para, desde la clandestinidad, forzar al Gobierno de Adolfo Suárez a legalizar el Partido de la Hoz y el Martillo sobre fondo rojo. A continuación y tras ser elegido diputado y reelegido y vuelto a ser reelegido, sus ideas, de nuevo sus ideas, le llevaron a enfrentarse con Gerardo Iglesias, su sustituto en la Secretaría General del Partido, lo que terminó con la expulsión de este y de sus seguidores del Partido en 1985. Un año después fundó el Partido de los Trabajadores de España- Unidad Comunista, que terminó integrándose en el PSOE, tras los malos resultados electorales. Tras esto, abandonó la política activa para dedicarse a escribir, entre sus obras destacan: “Después de Franco, ¿qué?”, “Memorias”, “La Segunda República, recuerdos y reflexiones”, “La crispación de España, de la guerra civil a nuestros días”, etc.
Este Histórico de la política, de la política de izquierdas, en unos tiempos difíciles para ella, con sus virtudes y defectos nos deja para siempre, tras 97 primaveras en este mundo, en plena lucidez que le permitió soportar halagos y padecer remordimientos por lo que los otros, los de siempre, dicen que hizo. Los tiempos en que desarrolló su activismo político, fueron  malos tiempos, bañados en sangre por una estúpida guerra entre hermanos que no dejó de terminar nunca, ridícula, trágica y sangrienta trifulca que perdieron los que siempre pierden, y pierden porque siempre son muchos y nunca son uno solo, pierden porque están divididos en su lucha contra el que sí que es siempre uno. Derrotados por culpa de las disputas internas, de su división interna, frente a los que siempre permanecen unidos, en bloque. Y es que este país tiene un serio problema, que no es otro que el exceso de “izquierdas”, el exceso de sindicatos, frente a una y única derecha. “Divide y vencerás”, máxima que pesa sobre nuestras izquierdosas espaldas, a modo de losa que nos resistimos a soltar y enfrentar.
En la lucha contra la derecha, enemigo en aquellos tiempos, adversario político en épocas posteriores y enemigo de nuevo en la actualidad, hay que estar unidos por una ideología común y compartida, en una y única izquierda. De otra forma nos caen las hostias por todos los lados y del tamaño de los panes de hogaza. Esta lluvia de hostias nos deja más tontos que a Piter Pan que ve las abejas con vestido.
Santiago nos dejó en un día clave; pues gracias a su muerte, la noticia de que Esperanza, Esperanzita Aguirre, dejaba la política pasó a los anales de la comunicación sin pena ni gloria, los Ppopulares se quedaron con las ganas de darle bombo y rebombo a su noticia, de ofrecerle dedicatorias y agradecimientos a modo de odas elegíacas a su Santa Patrona de Madrid. Que le den, que se vaya, que hacer ya ha hecho bastante, sobre todo con la Sanidad y la Educación, y tranquilos que hambre no pasará y además tampoco me creo que nos haya dejado. Quien sí nos deja y para siempre es Santiago y es quien me importa, a la “Espe que le dén”.
Me gustaba escucharlo en la radio, esa voz nonagenaria, tranquila, de alguien que no tiene nada que perder ni esconder, sin prejuicios; la voz de una vida gastada y vivida conforme a unas ideas que defendió a capa y espada. Una voz de una cadencia que empapaba el aire, impregnada del saber que da el tiempo ya vivido, y un discurso enriquecido por su adicción, casi enfermiza, a la lectura. Con su cigarro como compañero de viaje, bañado en aromas a libro nuevo y a libro viejo, con sus gafas empañadas de años, con su frente manchada con las manchas del tiempo y con una mente en perfecto estado de revista, nos deja, para siempre, no como Espe, y lo hace en un día que le rinde tributo, un día que se viste de gris para despedirlo.
Adiós, espéranos donde estés, y que se te haga larga la espera, que no tenemos prisa por reunirnos contigo; pero que sepas que no te olvidamos y que de tu paso en este mundo quedarán tus actos que es lo que importa. Hoy día es difícil ver ese tipo de personas, personas dispuestas a perder lo que más quieren, la vida, la libertad, por defender unas ideas que consideran justas. Faltan personas como Él, falta ideología, hoy estamos plagados por sectas de políticos de ideología por herencia, no por verdad. Nuestros abanderados gozan de plena inmunidad y los círculos de poder están cerrados a los de siempre y han convertido la política, y con ella el poder en algo heredable de padres a hijos, o lo que es aún peor, de dirigentes hacia sus bastiones, a modo de los antiguos reinos, como podemos ver en la Comunidad de Madrid, donde al dejar el Alcalde su puesto, pasa a ocuparlo su segundo, o en la presidencia de esta Comunidad, en la que al dimitir Esperancita, coloca en su lugar a su perrito faldero, y los madrileños a callar.
Falta gente como tú y me sobran izquierdas, solo necesitamos una; pero fuerte y sobre todo una, de no ser así, estamos perdidos y estamos regalando el pan al enemigo, que ahora vuelve a serlo.

Juan Carlos Vázquez

1 comentario:

  1. Amigo Vazquez, cuando escribes un articulo y en la parte de comentarios no hay ninguno, sale la frase sin comentarios. Pues bien, lo mismo digo yo: SIN COMENTARIOS.
    Rojacho te has vuelto!, yo creía que te había hecho de los míos; seguiré intentándolo, aunque un poco difícil....
    Bueno, recuerdos a las Teresicas y a ver si nos vemos por Aliaga.

    Ton
    Ah y Arriba España!

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