Óleo de J. C. Vázquez, o sea, mío. Título: huevos y hueso |
“Esta es una teoría indispensable para poder comprender los
modelos teorico – prácticos de la intervención socioeducativa en situación de
CRISIS”, (Alonso, C. M., Gallego, D. J., Ongallo C., y Alonso J. M., 2004). Modelo que podemos aplicar a la fétida realidad actual.
Según esta teoría, todo organismo vivo, incluso los
pensantes, expuestos a agresiones externas, sea del tipo que sea, (física, psíquica,
biológica, relacional, moral, etc.), soporta modificaciones en su estado de
equilibrio, importantes y constantes. Estas agresiones y/o amenazas provocan en
el organismo reacciones de defensa, de adaptación o de resistencia (Alonso et
al, 2004).
Dicho de otra forma, y según lo indicado por el Dr. Percy
Naranjo, “La teoría del estrés” asume que las exigencias y presiones externas,
provocan respuestas que utilizan los recursos internos y externos; la pérdida o
ausencia de estos recursos, bien sean concretos (sociales, económicos) o
simbólicos (creencias, expectativas), pueden actuar como factores de estrés
secundarios afectando significativamente el curso de la recuperación.
Ante una situación de exposición prolongada a gobiernos que
nos roban lo poco que tenemos para dárselo a los que mucho tienen, a personajes
corruptos que salen indemnes de sus delitos contra la Hacienda pública, que
somos nosotros (o eso nos hacen creer, al menos), ante las amenazas constantes
de recortar los derechos conseguidos en decenas de años por la lucha y la
resistencia de nuestros antepasados más recientes, la exposición prolongada a
payasos institucionales que nos engañan continua y reiteradamente, ante la
impotencia de unas leyes que defienden al mafioso y frente a unas fuerzas del
orden convertidas en fuerzas de represión social, ante la injusticia del
reparto de las riquezas por razón de clase, ante la pleitesía obligada a una
corona impuesta por un régimen dictatorial,… Ante esta situación de crisis
fruto de la acumulación de la estupidez de gobiernos bipolares que se alternan
en el poder y que deben sus éxitos a la negligencia del que le precede, más que
a sus propios méritos. Ante esta situación, el ser orgánico y vamos a
centrarnos en el que piensa, se produce un proceso de adaptación que tiene tres
fases:
§
Reacción de Alarma, en la que se encuentra
aturdido ante la incompetencia de los gobernantes y que puede afectar a su
estatus social.
§
Fase de resistencia, en la que los individuos,
pensantes, o sea, no políticos profesionales, ponen en pie de guerra sus
recursos de defensa con intención de inmunizarse ante la estupidez y la situación
creada por esta cuadrilla de estúpidos calzacorbatas. En esta fase no cree
posible que individuos tan absurdos puedan llegar a afectar su equilibrio con
sus decisiones bobuscas.
§
Tras esta hay una tercera fase, que no es otra
que la de agotamiento, al ver que la situación es la que es y es la que es
gracias a los que la han producido, que son los mismos que están decidiendo
otra vez. Este hecho, este rendimiento al absurdo provocado por los estúpidos
de las altas esferas de poder, que son o suelen ser todos ellos, estúpidos
quiero decir, hace que nuestras energías de adaptación se agoten y caigamos en
un profundo estado de estrés..
Una vez sumidos en esta situación de estrés aparentemente
irreversible, buscar de nuevo la estabilidad psicobiológicosocial depende de
dos factores o de dos tipos de reacciones:
- Sintonía, sin oposición, el cuerpo asimila los patógenos agresores y logra coexistir con ellos de forma pacífica, esto es lo que sucede con los idiotas, gilipollas y tontos del culo, pelotas y conformistas del “con tal que no me jodan más”.
- Catatonía, contra la agresión, luchando contra los que nos han conducido a esta situación, contra esos ridículos pintipuestoscalzoncillosplanchadosporlacriada, atacando al foco de la agresión que nos ha producido este desequilibrio.
Particularmente soy partidario de la segunda opción; pero al
igual que la gran mayoría de nuestras acciones, esta puede que se rija por
negociaciones del subconsciente consigo mismo, por lo que quizás no tengamos
ese control que precisamos para poder actuar de una manera u otra, lo que
beneficia también las tropelías de esta cuadrilla de macarras con corbata de
parlamento.
De todas formas cualquier alteración de nuestro orden
interior y social debe situarnos en posición de alerta.
Como dice Selye (1974) “el hecho de verse enfrentado a un
desafío puede traducirse en una ganancia o en una pérdida”, nosotros elegimos.
Juan Carlos Vázquez
Jaun Carlos, en el óleo, guevos, como tiene que ser, más huevos que hueso. En el texto del artículo, guevos, pero sin hueso, con inteligencia, como debe ser. Así, que, vamos a por huevos que nos van a hacer falta. Un abrazo.
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