Esta vaca viva no está, doy fé; ¡pero petróleo tampoco! |
Vamos a
centrar la cuestión de hoy en una empresa creada en los años 20 del siglo
pasado, tomó su nombre en sacro bautismo en los años 80, dándose en llamar
REPSOL. En esta época se produjo su privatización, es decir, pasó de ser una
empresa de todos nosotros a ser una empresa de unos pocos, de ser una empresa
del Estado a ser una empresa de unos amigos del estado; pero esto en segundo
lugar, primero son amigos suyos y muy suyos.
Estos pocos
ya dejan de denominarse personas y pasan a ser accionistas y estos accionistas
no son otros que grupos de poder, grupos financieros con suficiente poder para
poder comprarla o con suficiente relación con el poder, con el gobierno de
turno, para poder gestionarla.
Estos
amigos del poder, poderosos todos ellos, son Caixa
Bank, Sacyr, PEMEX, BBVA Y BNP PARIBAS.
La
privatización se produjo posteriormente a la liberalización del sector, ya que
esta favorecía la competitividad de los mercados con la repercusión que ello
tiene en la economía y en la población exdueña de esta empresa.
Pues bien,
ahora que ya no es de todos, de todos nosotros, esta empresa va y se expande
como la espuma, hasta llegar a ser considerada la décima empresa de este sector
a nivel mundial ¡casi ná!, tras hacerse con el 57,43 % de las acciones de YPF. Esta
YPF, se creó también a principios del siglo pasado por el Estado, pero esta vez
es el Estado Argentino. Lo importante es que a diferencia de España, en
Argentina sí que hay petróleo y encima tienen una petrolera propia, yo me lo
guiso yo me lo como. Pero a los gobernantes argentinos, más estúpidos si cabe
que los españoles, cosa difícil de superar, se les ocurre vender YPF, y que
casualidad que a la OPA lanzada por YPF, la única empresa que se presenta es Repsol. Dios los cría y ellos se juntan; pero en empresa. Así, Repsol,
paga una pasta y se queda con la empresa petrolera del país de los psicólogos.
En este
lugar y momento, con la pérdida de su poder sobre la gran petrolera estatal,
Argentina se queda en una situación comprometida respecto a la cuestión del
petróleo, ya que teniéndolo en casa tiene que comprarlo fuera.
Además,
para más INRI, acaban de hallar un yacimiento de petróleo en su subsuelo de
unos 30000 kilómetros cuadrados, al que han denominado Vaca Muerta, de los
cuales Repsol es dueño de un tercio de ellos.
Los
Argentinos, los gobernantes argentinos de turno, colocan al frente de Repsol
YPF a un valido suyo, un tal Antonio Brufán, por los excelentes resultados de
la Compañía; pero este tal Antoñito, les sale rana, su príncipe y valido
repsoliano se les vuelve sapo y no cumple con los objetivos y acuerdos pactados
con el Estado Argentino.
El psicológico
gobierno argentino, encabezado por la psicológica regente de la presidencia
argentina, la señora Fernández, psicóloga de nacimiento, como todos en esa
tierra, se le antoja que quiere que le devuelvan el juguete y como es psicóloga
dice, mejor se lo quito para no traumatizar la situación, además como mi amigo
es tonto (mi amigo, que en este caso es el suyo, será su homólogo español de
turno). Y la tía lo hace, le quita el juguete, para ella no vale eso de Santa
Rita ni leches en vinagre, lo mío para mí, que para eso es mío y está en mi
casa, además el petróleo también es mío.
¿Y porqué
no? al César lo que es del César…; pero ¡vamos a ver! Señores psicólogos,
vender cosas que no son de uno no está bien, que luego pueden quitárselas al
que ha pagado por ellas, si es que lo ha hecho, y además, después que se las
venden les dan dinero para que las exploten en su país a cambio de unos
compromisos concretos. Es decir yo te compro una moto YPF por lo que sea, luego
tú me das, me subvencionas, casi la misma cantidad que yo me he gastado en comprártela para que
la lleve por la ciudad y a los dos años me la quitas, así desde luego no hay
trato. Pienso yo que mejor habría sido quedarse la moto, no venderla y gastarse
el dinero que le vas a dar al comprador en repararla, arreglarla, tunearla y
hacer con ella viajes, ¿no?, si al final te va a costar lo mismo.
Concluyendo,
el escenario resultante en torno a esta Vaca Muerta (nombre que le han dado al
yacimiento de 30000 km2), es , por un lado la tía Fernández, que no sabe ni lo
que hace, aclamada por centenares de jóvenes psicólogos, todos ellos, y de otro
lado Rajoy con cara de tonto diciéndole a sus amigos que Fernández le ha
quitado sus cromos, cuando en realidad no son suyos, sino de otros, por culpa de
otro como él.
Desde el
otro lado del charco ven la foto de un país decadente, con unos gobernantes y
reyes marcados por las gomas de la máscara de la idiotez, que no se la quitan ni para ir al baño, incapaces de hacer otra cosa que
no sea el zángano zumbón de los mercados económicos europeos.
En esta
situación todos necesitamos un psicólogo, nos preocupamos de una empresa que lo
que tiene de mío es la añoranza de haber sido mía, nada más, ya que ahora no sé
ni de quien es; pero eso sí, seguro que este tema lo pagamos los que pagamos
todo, que para pagar seguimos siendo españoles. Mientras tanto los dineros de
los que no tenían y ahora sí, bien guardados en paraísos fiscales, los ladrones
sin juzgar, el Rey haciendo el tonto y los demás, con suerte, a madrugar, que
hay que trabajar. Un psicólogo por favor; pero que sea de Teruel, del terreno,
porque si me toca uno de esos que nacen ya siéndolo, me vuelvo loco seguro.
Juan Carlos
Vázquez
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