martes, 17 de abril de 2012

PSICOLOGÍA Y UNA VACA MUERTA


Esta vaca viva no está, doy fé; ¡pero petróleo tampoco!
Cada vez entiendo menos de este mundo de mayores.
Vamos a centrar la cuestión de hoy en una empresa creada en los años 20 del siglo pasado, tomó su nombre en sacro bautismo en los años 80, dándose en llamar REPSOL. En esta época se produjo su privatización, es decir, pasó de ser una empresa de todos nosotros a ser una empresa de unos pocos, de ser una empresa del Estado a ser una empresa de unos amigos del estado; pero esto en segundo lugar, primero son amigos suyos y muy suyos.
Estos pocos ya dejan de denominarse personas y pasan a ser accionistas y estos accionistas no son otros que grupos de poder, grupos financieros con suficiente poder para poder comprarla o con suficiente relación con el poder, con el gobierno de turno, para poder gestionarla.
Estos amigos del poder, poderosos todos ellos, son Caixa Bank, Sacyr, PEMEX, BBVA Y BNP PARIBAS.
La privatización se produjo posteriormente a la liberalización del sector, ya que esta favorecía la competitividad de los mercados con la repercusión que ello tiene en la economía y en la población exdueña de esta empresa.
Pues bien, ahora que ya no es de todos, de todos nosotros, esta empresa va y se expande como la espuma, hasta llegar a ser considerada la décima empresa de este sector a nivel mundial ¡casi ná!, tras hacerse con el 57,43 % de las acciones de YPF. Esta YPF, se creó también a principios del siglo pasado por el Estado, pero esta vez es el Estado Argentino. Lo importante es que a diferencia de España, en Argentina sí que hay petróleo y encima tienen una petrolera propia, yo me lo guiso yo me lo como. Pero a los gobernantes argentinos, más estúpidos si cabe que los españoles, cosa difícil de superar, se les ocurre vender YPF, y que casualidad que a la OPA lanzada por YPF, la única empresa que se presenta es Repsol. Dios los cría y ellos se juntan; pero en empresa. Así, Repsol, paga una pasta y se queda con la empresa petrolera del país de los psicólogos.
En este lugar y momento, con la pérdida de su poder sobre la gran petrolera estatal, Argentina se queda en una situación comprometida respecto a la cuestión del petróleo, ya que teniéndolo en casa tiene que comprarlo  fuera.
Además, para más INRI, acaban de hallar un yacimiento de petróleo en su subsuelo de unos 30000 kilómetros cuadrados, al que han denominado Vaca Muerta, de los cuales Repsol es dueño de un tercio de ellos.
Los Argentinos, los gobernantes argentinos de turno, colocan al frente de Repsol YPF a un valido suyo, un tal Antonio Brufán, por los excelentes resultados de la Compañía; pero este tal Antoñito, les sale rana, su príncipe y valido repsoliano se les vuelve sapo y no cumple con los objetivos y acuerdos pactados con el Estado Argentino.
El psicológico gobierno argentino, encabezado por la psicológica regente de la presidencia argentina, la señora Fernández, psicóloga de nacimiento, como todos en esa tierra, se le antoja que quiere que le devuelvan el juguete y como es psicóloga dice, mejor se lo quito para no traumatizar la situación, además como mi amigo es tonto (mi amigo, que en este caso es el suyo, será su homólogo español de turno). Y la tía lo hace, le quita el juguete, para ella no vale eso de Santa Rita ni leches en vinagre, lo mío para mí, que para eso es mío y está en mi casa, además el petróleo también es mío.
¿Y porqué no? al César lo que es del César…; pero ¡vamos a ver! Señores psicólogos, vender cosas que no son de uno no está bien, que luego pueden quitárselas al que ha pagado por ellas, si es que lo ha hecho, y además, después que se las venden les dan dinero para que las exploten en su país a cambio de unos compromisos concretos. Es decir yo te compro una moto YPF por lo que sea, luego tú me das, me subvencionas, casi la misma cantidad que yo me he gastado en comprártela para que la lleve por la ciudad y a los dos años me la quitas, así desde luego no hay trato. Pienso yo que mejor habría sido quedarse la moto, no venderla y gastarse el dinero que le vas a dar al comprador en repararla, arreglarla, tunearla y hacer con ella viajes, ¿no?, si al final te va a costar lo mismo.
Concluyendo, el escenario resultante en torno a esta Vaca Muerta (nombre que le han dado al yacimiento de 30000 km2), es , por un lado la tía Fernández, que no sabe ni lo que hace, aclamada por centenares de jóvenes psicólogos, todos ellos, y de otro lado Rajoy con cara de tonto diciéndole a sus amigos que Fernández le ha quitado sus cromos, cuando en realidad no son suyos, sino de otros, por culpa de otro como él.
Desde el otro lado del charco ven la foto de un país decadente, con unos gobernantes y reyes marcados por las gomas de la máscara de la idiotez, que no se la quitan ni para ir al baño, incapaces de hacer otra cosa que no sea el zángano zumbón de los mercados económicos europeos.
En esta situación todos necesitamos un psicólogo, nos preocupamos de una empresa que lo que tiene de mío es la añoranza de haber sido mía, nada más, ya que ahora no sé ni de quien es; pero eso sí, seguro que este tema lo pagamos los que pagamos todo, que para pagar seguimos siendo españoles. Mientras tanto los dineros de los que no tenían y ahora sí, bien guardados en paraísos fiscales, los ladrones sin juzgar, el Rey haciendo el tonto y los demás, con suerte, a madrugar, que hay que trabajar. Un psicólogo por favor; pero que sea de Teruel, del terreno, porque si me toca uno de esos que nacen ya siéndolo, me vuelvo loco seguro.

Juan Carlos Vázquez 

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