miércoles, 4 de febrero de 2015

DESMENUZAMIENTO DE UNA REFLEXIÓN DEBIDA A QUE UNA TARDE CAYÓ EN MIS MANOS UN ARTÍCULO DE ZYGMUNT BAUMAN, BAUMAN PARA LOS AMIGOS



Según afirma Zygmunt Bauman, Bauman para los amigos, vivimos en un mundo líquido, y no lo dijo por la abundancia de bares, sino basándose en la idea de inconsciencia sobre la que construyó su particular descripción y definición del mundo que nos rodea. De esta forma definió el amor como amor líquido, la vida como vida líquida y la modernidad de igual manera, convencido que el cambio es lo único permanente y la incerteza la única certeza. Así, la vida, la vida moderna puede tomar multitud de formas distintas; pero la fragilidad, la temporalidad, la vulnerabilidad y esa inclinación al cambio constante, son variables que encontramos en todas y cada una de ellas.
Vivimos en un mundo dominado por la incertidumbre, vivida esta en clave negativa, y por la impotencia. Estos dos factores se combinan a modo de cocktail y terminan dañando nuestra autoestima. Cuando esto sucede nuestro ánimo se torna inestable, rozamos la esquizofrenia, comenzamos a arañar las paredes y nos desesperamos en busca de una milagrosa solución, una pócima traída del Lejano Oriente, Un brebaje robado a las brujas gallegas. La solución la encontramos refugiándonos en la electrónica, en las nuevas tecnologías; en las pantallas led; pero las usamos al revés. las utilizamos para encerrarnos aún más en nosotros mismos, encerrarnos en cuartos en las que solo oímos nuestro eco o en habitaciones repletas de espejos en las que solo hallamos nuestro reflejo. Gracias a estas tecnologías, somos capaces de crear un mundo ausente de conflicto, una especie de zona cero, carente de todo contacto con el ruidoso y a veces terrorífico mundo exterior.
Hoy día hemos desarrollado la capacidad de poder vivir en dos mundos diferentes que no se complementan sino que se oponen y se perjudican entre ellos: el mundo “online” y el “offline”. El primero virtual y con la capacidad de borrar lo negativo a golpe de click y el segundo brutal y amable a la vez, el Mundo de lo que Schutz llamó la intercomunicación, de la vida y las relaciones humanas, el mundo, en fin, de la vida cotidiana.
Esta separación de mundos ha condicionado, en parte, el desapego hacia las “Instituciones Tradicionales”, les hemos perdido el respeto y somos conscientes de que no funcionan correctamente. Por ello buscamos nuevas fórmulas de gestión y de coordinación, de participación activa, de corresponsabilidad política, de asociacionismo.
Desde la modestia me gustaría incidir en una cuestión que considero interesante en este divorcio entre estos dos mundos mencionados por el autor y es que los que ostentan hoy día el poder, y digo poder no autoridad, viven en un mundo totalmente separado e independiente del resto de los no poderosos, un mundo que puede ser tan real como el del resto de los mortales, pues estos aunque poderosos también se mueren. Es decir, existen dos mundos polarizados, pudiendo ser ambos “Offline”, entre ellos existe una comunicación unidireccional, de arriba hacia abajo, producida exclusivamente dentro del mundo “Online”. Dentro de cada uno de los dos mundos Offline existe el mundo Online, que puede incluso ser el mismo a nivel informacional; pero totalmente ausente de diálogo o de comunicación entre ambos mundos tan dispares y dicotómicos. La comunicación bidireccional en el mundo “Online” sería capaz de romper las fronteras virtuales entre ambos mundos, el poderoso y el no poderoso y eso no interesa a los primeros; pero ¿qué pasaría si los no poderosos se planteasen seriamente esta posibilidad?.
Esta pregunta que hago en clave futura quizás podamos hacerla en tiempo presente; pues según Bauman lo único constante es el cambio y esta constancia está marcando nuestra actualidad, haciéndonos testigos de algo que aunque buscado y deseado nos asusta; pero no renunciamos a ello. Quizá la frontera entre los dos mundos se esté haciendo un poco más líquida, y me alegra ser testigo en primera fila de este espectáculo, le pese a quien le pese.

Juan Carlos Vázquez

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