Cuando el lobo cuida las ovejas..... |
Siempre
me he planteado el sentido de los insultos, al fin y al cabo no dejan de ser
palabras, que tienen un significado cultural concreto. Palabras que ordenadas
de una de las maneras posibles dejan de ser un conjunto de letras para
transformarse en una idea o imagen con una implicación y relación sociocultural.
Así, cuando alguien insulta a alguien, lo que hace es decirle de forma escrita
o de viva voz, ese conjunto ordenado de letras, lo cual no tiene por qué ser
insultante, al menos hasta que el receptor del mensaje transforme el
significante (letras), en significado (imagen o idea).
Por otro
lado, todas las palabras poseen significados antónimos, que significan
totalmente lo contrario, y si esto es así, lo que realmente puede considerarse
insultante es que nos dirijamos a cualquier persona, por el motivo que sea, con
una palabra que su antónimo diga cualidades o virtudes deseadas. Es decir, lo
realmente insultante no es que te digan tonto, sino saber que tonto tiene un
opuesto que es listo, y esto último es lo que te dicen que no eres. Concretando
más, podemos decir que si no existiese listo, la palabra tonto perdería su carácter
peyorativo, por lo que si te dicen que tú eres tonto, podrías contestar con un “gracias”,
a lo que el otro diría de nada “idiota”, (suponemos que idiota no tiene tampoco
opuesto).
Dicho
todo esto voy a referirme al ministro de educación en unos términos que si le
ofenden será porque conozca el significado de su opuesto, y será de esa idea de
la que carezca.
De este
individuo me atrevo a decir que es prepotente, lo cual puede ser bueno o no,
depende de cómo se mire; pero lo que es seguro es que lo es y si lo es, esta
palabra no es insultante; sino, simplemente descriptiva. Dicha esta cualidad de
este señor, podemos decir también que es un abusador, un déspota, un dominador,
etc. Siendo estos términos descriptivos de una actitud y por tanto no
insultantes, para él, que lo es.
También
podíamos decir que es un imbécil, un bobo, un idiota, un memo, un tonto, un
patoso y un ridículo; pero esto lo podría decir sin fundamento científico; ya
que son aspectos de su actitud intuidos, más que demostrados. Es decir, no
existe evidencia científica que este señor sea lo dicho; pero podemos intuir
cierta tendencia a este tipo de comportamientos.
Su forma
de perder la mirada al hablar, desde esa seguridad que le da su prepotencia
manifiesta, nos da una imagen de ser poseído, hechizado e incluso maligno, además
de iluminado, visionario, alumbrado o vidente. Y por supuesto autócrata, déspota,
tirano y absolutista; pero ya le digo que esto sin ánimo de ofender, Dios me
libre, (además digo lo de dios me libre por acercar posturas y limar tensiones
señor Wert, que no tiene por qué enfadarse usted por lo que yo le diga. Al fin
y al cabo yo soy un estudiante senior, que estudio sociología, con la única
intención de llegar a conocer qué coño pintan ustedes y los suyos en las
sociedades modernas y porqué aguantamos sus impertinencias y desplantes cuando
somos quienes les pagamos sus cuantiosos sueldos. A mí, particularmente, me
importa una mierda lo que usted diga; pero me cabrea, bastante más que un
insulto, lo que usted hace o pretende hacer.
Ese giro
hacia la excelencia de los médicos que son médicos porque sus padres son médicos,
y que tienen la fama que han podido robar de sus padres, que sí la tuvieron. O esos
abogados hijos de sus padres abogados y que lo son y de prestigio, porque lo
fueron sus padres y estos, como hijos de los otros mantienen esos mismos
apellidos. Estos estudiantes, que les importa una mierda lo que usted haga o
diga que quiere hacer, porque se apellidan igual que sus padres, no serán los
que luchen por el seis con cinco para que no les quitéis la beca, estos se
emborrachan, y viven en un planeta diferente al del esfuerzo de los mortales.
Estsos, por los que usted lucha pueden sacarse la carrera en doce años, a
sabiendas que al acabar entrarán al despacho de papá, o a la consulta de papá,
y diagnosticarán lo que les dé la gana, porque no tendrán ni puta idea de la
profesión que papá pagó con lo suelto del bolsillo. Y nosotros iremos a su
consulta, la que lleva el nombre y la fama de su padre a que nos sople 100
euros por levantarnos la camiseta y decirnos que respiremos hondo, para
diagnosticarnos que bebamos agua.
Al otro
lado del rin, en la otra esquina, con muchos menos kilos de peso tendremos los
verdaderos talentos, que compaginarán estudio y trabajo y que al acabar, como
sus apellidos son desconocidos y vulgares, tendrán que dedicarse a reponer latas
en Sabeco o a irse de su Madre Patria, en busca de pan.
Estos últimos
intentarán acabar la carrera en los cuatro o cinco años que duran los cursos
pertinentes, estudiando al mismo tiempo algún idioma, que les ayude a encontrar
una madre Patria con los senos más grandes y con más leche; porque la de aquí,
la Madre Patria que os llena tanto la boca a los fachuzos, (del PP y PSOE) la habéis
dejado seca y tiene que dejar ir a sus hijos a buscar una nueva Madre.
Wertgüenza
te tenía que dar, y si tuvieras un mínimo de decencia, le harías caso a los que
saben de qué va el tema de la educación y te irías a casa, allí podrías comer
moscas y harías algo de provecho.
Juan
Carlos Vázquez
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