Oye Iñaki, dónde está Dubay. No sé; por bilbao o por ahí... |
Lista la primera y tonta la segunda, la primera en
la cárcel, la segunda de segunda luna de miel; para que luego digan que la
ignorancia no hace a las personas felices.
Para los que nos da igual los desafinados cantos y
finanzas de las cantantes de feria, nos plantean una nueva diversión, los escraches,
nombre que, confieso, me costó aprender. Qué inteligencia la de los desviadores
de lo importante, son capaces de involucrarnos en lo que les interesa y de
ocultarnos lo que nos debiera interesar.
Qué importante es un buen titular, breve y que
impacte, y si lo acompañamos de un concepto nuevo, de un vocablo desconocido
hasta el momento, mejor, más fácilmente lo asimilaremos. En un principio quizás
solo nos interese averiguar su significado; pero al realizar esta labor,
nuestro cerebro asimila el nuevo concepto y lo asimila, lo hace familiar. Nos
hace importantes darnos cuenta de que comprendemos algo nuevo que quizás no
todos conozcan, ser los primeros, lo que algunos han llamado yaísmo, (fenómeno
que nos impulsa a ser los primeros en lo que sea, a comprar una novedad tecnológica
el mismo día de su puesta en venta, haciendo colas de varios días; aún sabiendo
que a los dos o tres días podríamos comprarlo sin tener que esperar turno
alguno).
Los escraches ya han entrado en nuestro universo
conceptual y nos interesa todo lo relacionado con este fenómeno. Objetivo
cumplido, todos estamos volcados en conocer las novedades diarias sobre los
actos de estas personas.
Mientras nuestra atención se ha desviado con éxito
en uno o dos focos de atención, los demás problemas y noticias pasan sobre nosotros
como si fuesen de otro planeta diferente al nuestro, no nos interesan, solo me
interesan los escraches y sus actos y lo que dicen de ellos, aquellos interesados
en mantener activa la llama de mi interés.
No nos importa una mierda ni los abusos de la
troika, ni la ya insalvable brecha social, ni la corrupción política, ni que la
monarquía bobónica se perdure por mera inercia, ni la deficiencia educativa, ni
la eliminación del estado del bienestar, ni el empeoramiento de las condiciones
laborales y salariales, ni la lapidación de la sanidad pública, ni que Gallardón
diga que usted no puede abortar (porque así lo dice Rouco), ni que el paro
llegue a límites insostenibles, ni el éxodo de talentos, ni los recortes en
servicios sociales, ni la atención a los más desfavorecidos, ni los insultos continuos
a nuestra inteligencia desde la clase política, ni que la gente se quede sin
casa y sin futuro…Lo realmente importante es que sabemos lo que es un escrache.
Los políticos bazóficodespóticocorruptos que nos
gobiernan, no sabrán de gobernar; pero lo que nadie puede dudar es de su
capacidad para dar pan y circo a un pueblo al que no interesa educar, claro,
que si no…
Juan Carlos Vázquez
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