La herencia recibida es
culpable, sí lo es; pero no en el sentido en el que usted, señor Rajoy, nos la
presenta. Zapatero no es el causante de esta crisis, ni mucho menos, no es tan
inteligente. Zapatero no es más que un invitado de lujo a este escenario crítico,
sobre el que pasó de puntillas y en eso sí que es culpable; es culpable en la
medida en la que no realizó las acciones pertinentes, que debió realizar, para
combatir esta aberrante crisis, nada que ver con las propuestas por usted.
Pero, señor Rajoy, no lo critique por eso, ya que se limitó, Zapatero, a
realizar políticas de “laissez faire” faborables a los grandes gestores del capitalismo,
tal como las que están ustedes realizando en estos momentos y que nos están
conduciendo hacia un empobrecimiento generalizado, mientras ustedes y sus
colegas se llenan los bolsillos de dinero manchado, de dinero del pobre. Por lo que, tanto usted ,como él, son culpables del mismo delito y en el mismo grado.
Las medidas que no se atrevió
a poner en práctica su antecesor, tampoco son las que usted ejercita y con ello
el problema sigue siendo el mismo; pero en su caso peor, ya que además de la
crisis debemos soportar el peso de la culpa y con ello la penitencia que su
gobierno nos impone.
Un resumen de la posible
solución puede ser el siguiente:
Reactivar la economía
productiva, crear puestos de trabajo, aumentar el consumo y la confianza. Con
ello aumentarán los ingresos del Estado y se irá saliendo de la crisis. Si pese
a esto, hacemos lo contrario, disminuyendo la deuda pública, suprimiendo
inversiones y disminuyendo el poder adquisitivo de los consumidores, se impide
o se retrasa la salida de la crisis.
Es absolutamente necesario
que el pueblo conozca de forma sencilla y clara, por boca de personajes con
influencia en las diversas áreas sociales, desestimando opiniones e ideas de
petimetres políticos: ¿Qué es la crisis? ¿Quién la ha provocado y por qué se
puede provocar? ¿Cómo se puede salir de ella?.
Creo que este extracto del
profesor T. Lagunero, catedrático de Derecho Mercantil, publicado en la República.es en Mayo
de 2010, titulado “¿Qué está pasando en España? La Transición y las nuevas
Transiciones”, es lo
bastante explícito, sencillo y claro, para dilucidar estas cuestiones y
ahorrarme ese trabajo.
“Rodríguez
Zapatero se dirigió al Parlamento y no dijo una palabra del origen y los
causantes de la crisis. No hizo mención a las escalofriantes cifras de Euros
que se ha entregado a los causantes de la crisis. No explicó las razones para
que él considere, como lo considera la Europa de los capitalistas y las instituciones
capitalistas como el FMI, que lo grave es el endeudamiento público.
Sencillamente, esa no es la gravedad del momento actual, es el interés de los
capitalistas que provocaron la crisis, que acaban de salir -o casi- de la
crisis y ya están cometiendo los mismos desafueros -pero ahora a lo grande-. La
realidad es que la deuda española, aún siendo grande, fundamentalmente por la
deuda privada, no por la deuda pública, o la deuda pública provocada por la
ayuda a los que han provocado la crisis, no tiene ninguna gravedad. Se la
quiere atajar con medidas escandalosas e intolerables, sencillamente, o bien
porque lo exigen los que han provocado la crisis, esto es, “el mercado”, que no
es sino unos cuantos grandes bancos, unas grandes multinacionales, y unos
grandes fondos de inversión, o como dice el Premio Nóbel Galbraith, el
capitalismo con otro nombre.
El problema es reactivar la economía productiva, crear puestos de trabajo, aumentar el consumo y la confianza. Con ello aumentarán los ingresos del Estado y se irá saliendo de la crisis. Disminuyendo la deuda pública, suprimiendo inversiones y disminuyendo el poder adquisitivo de los consumidores, se impide o se retrasa la salida de la crisis.
El problema es reactivar la economía productiva, crear puestos de trabajo, aumentar el consumo y la confianza. Con ello aumentarán los ingresos del Estado y se irá saliendo de la crisis. Disminuyendo la deuda pública, suprimiendo inversiones y disminuyendo el poder adquisitivo de los consumidores, se impide o se retrasa la salida de la crisis.
Hagamos unos cálculos. Si Zapatero hubiese
restablecido el Impuesto de Patrimonio, que nunca debió quitarse, con sus
aproximadamente 2.000 millones de ingresos, podría haber suprimido la
pretensión de intentar ahorrar 1.500 millones con las pensiones y 500 millones
con la jubilación parcial. Con una modificación del IRPF aumentando los tipos
un 1% a las rentas más altas, y se sube el tipo máximo del 43% al 50% se
ingresarían 1.300 millones; si además se suprimen los profesores de religión en
los centros públicos y se elimina la casilla de asignación tributaria a la Iglesia católica, se
ingresarían 900 millones, podía haber modificado la bajada de los sueldos a los
funcionarios de un 5% a un 1%.
Con la modificación del Impuesto de Sociedades, en el único sentido de aumentar los impuestos a las empresas que ganan cifras astronómicas, como anuncia Portugal -que para nada hubiese modificado sus inversiones- hubiese podido no modificarla Ley
de dependencia ni bajar la ayuda oficial al desarrollo; con la recuperación del
dinero al fondo de rescate ordenado bancario que supone 6.750 millones, no solo
no se hubiese acometido el desafuero de disminuir las inversiones en
infraestructuras en 6.045 millones, sino que se podrían haber aumentado, que es
lo que hay que hacer para salir de la crisis. Zapatero también olvida recortar
los exagerados gastos de la
Casa Real que, además, ni están controlados ni se rinden
cuentas. Si a estos ahorros se añade una disminución de los gastos militares y
en inversiones de armamento (¡que vergüenza que entre las medidas para salvar
Europa que proponen los “sabios” que dirige ese otro “sabio” que es el ex
presidente Felipe, se pida que se aumenten los gastos militares de defensa para
acercarse a los monstruosos que produce el imperio americano!), no sería
necesario disminuir los gastos de la
CCAA y los Ayuntamientos, ni tampoco suprimir el cheque bebé,
aunque sí modificarlo para que no lo reciban las madres multimillonarias.
Con la modificación del Impuesto de Sociedades, en el único sentido de aumentar los impuestos a las empresas que ganan cifras astronómicas, como anuncia Portugal -que para nada hubiese modificado sus inversiones- hubiese podido no modificar
La realidad es que el problema actual de la crisis
española no es la deuda, sino la falta de consumo, la desconfianza, y, sobre
todo, el paro obrero. La única manera de luchar contra este paro, y en
definitiva, contra la crisis, es haciendo todo lo contrario de lo que propone
el Gobierno. No disminuyendo inversiones en infraestructuras, sino
aumentándolas, sacando el dinero de donde lo hay, de los que lo tienen, que
además, repito mil veces, que son quienes han provocado la crisis. Ese aumento
de inversiones en infraestructuras, así como hacer que lleguen los créditos a
las empresas y a los autónomos, son los medios que crearán empleo. Como hemos
dicho y repetimos por su importancia, también con esta disminución, tan
absolutamente necesaria, moral y económicamente, de disminuir el paro, se
provocarían dos cosas: una, que el Estado no tenga que gastar tanto en ayudas
sociales a los parados como que al aumentar la riqueza haciendo funcionar las
empresas, aumentará el consumo, recuperará la confianza y se aumentarán los
ingresos para el Estado.
Para terminar esta primera parte de la crisis: la única manera de terminar con ésta y con todas las crisis que van a seguir viniendo, es sustituyendo el sistema económico capitalista por un sistema económico más razonable, más justo, más solidario, que requiere como medidas imprescindibles, transformar el sistema bancario privado por el sistema financiero público, amén de otras muchas medidas que todos conocemos.
Para terminar esta primera parte de la crisis: la única manera de terminar con ésta y con todas las crisis que van a seguir viniendo, es sustituyendo el sistema económico capitalista por un sistema económico más razonable, más justo, más solidario, que requiere como medidas imprescindibles, transformar el sistema bancario privado por el sistema financiero público, amén de otras muchas medidas que todos conocemos.
Tras esta exposición, no me
queda nada que decir, más que animar a hacer lo que en estas líneas se sugiere
y en ese caso si que podrán decir lo que quieran de Zapatero, mientras tanto
cállense, pues están haciendo bueno el dicho de que más valía lo malo conocido
que lo bueno por conocer, en este caso, lo bueno, es decir ustedes señores
pperos permítanme decirles que se están cubriendo de gloria; y sepan que luchar
contra la crisis es una batalla que tiene unos costes humanos y la victoria será
clara, con ustedes o con mi prima la tuerta; pero el precio que pagaremos no
será justo y eso lo tengo muy claro. Alguien dijo que París bien vale un
caballo; pero España vale, en estos momentos unos 6 millones de parados.
¡Adelante majos, aún queda gente con trabajo, a por ellos!.
Juan Carlos Vázquez
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Lo que no hizo Zapatero ni hará Rajoy es acabar con la CORRUPCIÓN que lo invade todo en este, cada vez más penoso, país. Si ahora, con la crisis que se está padeciendo, no se hace una limpieza a fondo y no se juzga a los culpables sin distinción de clases...no se hará nunca. Pero como los partidos también están enfangados hasta las meninges con la financiación ilegal...ya me dirás tú.
ResponderEliminarUn abrazo, Gaviota