Foto robada. Montoro de pequeño |
Cada día me sorprende más la
transparencia informativa, aún cuando en una misma publicación, en artículos
distanciados unos escasos clics de ratón, se hace mención a dos noticias que
dejan con el culo al aire al protagonista. Este es el caso del periódico de
Aragón digital de hoy, dia 19 de diciembre de 2012, donde descubrimos en la sección
de noticias económicas, dos artículos que dicen lo mismo pero de forma
totalmente contradictoria. Si esto no es transparencia que me lo digan.
Por
un lado, uno de los titulares dice: “El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha pedido a la Agencia Tributara
que identifique cuentas de españoles en el extranjero siempre y cuando haya
indicios de fraude fiscal”. Así lo ha señalado Rajoy en el Pleno del Congreso
sobre el último Consejo Europeo, donde ha garantizado que el Gobierno va a
luchar "con contundencia" contra el fraude fiscal.
Y, en la misma página, en la
misma sección, podemos leer: “RAJOY
APUESTA POR LUCHAR "CON CONTUNDENCIA". Hacienda identificará cuentas
en el extranjero con indicios de fraude”.
Hasta aquí todo parece normal y
podríamos pensar que serían dos formas diferentes de ver un mismo
acontecimiento o fenómeno; pero si seguimos leyendo vemos que: “El pacto contra el secreto bancario suizo
se atrasa por culpa de España. El
convenio, firmado en julio del 2011, está aún a la espera de que lo ratifique
el Consejo de Ministros. La entrada en vigor del nuevo protocolo abriría nuevas
vías para investigar a los defraudadores.
Sin embargo, la burocracia de las autoridades españolas está demorando
hasta tal punto la ratificación definitiva del protocolo que este no podrá
entrar en vigor, como pronto, hasta bien entrado el 2013.
En España, sin embargo, esta
ratificación está a la espera de autorización por el Consejo de Ministros;
después, debe ser votada en el Congreso de los Diputados y no entrará en vigor
hasta tres meses después, según el texto al que ha tenido acceso este diario.
Así, el protocolo no podrá
aplicarse hasta bien entrado el 2013
a pesar de que las autoridades suizas aseguran estar
listas para la aplicación de este convenio que el ministerio de Hacienda juzga
esencial en la lucha contra el fraude internacional”.
Recapitulando,
vemos que por un lado el presidente pide contundencia contra el fraude a su
consejo de ministros; pero por otro lado este mismo consejo de ministros frena
la puesta en marcha de una de las herramientas creadas para este fin. Esta
demora en la aprobación de este texto es debida a la insidia de nuestros
políticos de tres al cuarto, no a cuestiones internas de los bancos o de la
legislación Suiza.
Además
debemos tener en cuenta que, siguiendo lo redactado en este periódico: “en la actualidad, las autoridades
españolas (Agencia Tributaria o tribunales) solo pueden solicitar información
bancaria al Gobierno suizo de contribuyentes específicos, con nombre y
apellidos, entidad y cuenta bancaria. Además, España debe probar
documentalmente que existe indicio de delito fiscal. No vale decir que cuando
se conozcan los datos bancarios aparecerá el delito fiscal. Además solamente se
atienden las peticiones realizadas por un juez, derivadas de una causa penal.
El fraude fiscal (evasión fiscal, en terminología helvética) no es delito en
Suiza.
Con tales requerimientos es fácil
entender por qué es casi imposible obtener una colaboración eficaz de Suiza
contra los defraudadores y que solo se haya podido hacer una investigación
amplia de cuentas helvéticas a raíz de los datos robados por el polémico
exempleado del HSBC Hervé Falciani”.
Así
que venga, señores ministros, en especial el del billete de cien pesetas,
(Montoro), pónganse a trabajar que ya va siendo hora de hacer lo que tienen que
hacer, y que una vez que comiencen a tirar del hilo arrastren toda la mierda
que encuentren hacia el vertedero de la cárcel y la vergüenza pública. Seguro
que si van por ese camino nos ahorrarán muchos disgustos y sufrimientos a los
españoles que no les hemos votado, ya que los que les han votado a ustedes que
se den cabezazos contra la pared más próxima que encuentren.
¡qué
iluso soy!; pero qué le vamos a hacer, de ilusión vive el hombre, y más en
estos tiempos que nos están haciendo pasar.
Juan
Carlos Vázquez
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