QUÍTALE LAS CERILLAS AL NIÑO, QUE TIENE MUY MALA CABEZA Y PUEDE HACER ALGUNA TRASTADA.

Unifamiliar de renta baja propuesto por la Banca

Si le das a un niño, a un tonto o a un Borbón una caja de cerillas, no debes sorprenderte de lo que haga con ella, además prepárate para hacer frente a las consecuencias de sus actos. 

Si los poseedores de esas diminutas cajas detonantes del fuego son los Bancos, lo más probable es que todo se convierta en tierra quemada. El paisaje sería negro, mate y llano, sobresaliendo unos edificios altos, pulidos y de un blanco brillante y resplandeciente, los Bancos; y los pongo con mayúsculas ya que gracias al poder obtenido, se han equiparado a las máximas Deidades del Olimpo Romano. Al igual que en la protohistoria nuestros actos eran la mera expresión de una voluntad superior, hoy día, quienes rigen nuestra actividad y por extensión nuestra vida, no son otros que los malditos Bancos, Mercados o como coño quieran llamarse.

Hasta la Iglesia se ha doblegado ante el poder del Santísimo dinero,  a Antonio María Rouco Varela no le tembló la mano a la hora de llamar a la Policía para que desalojara a un grupo de personas que se habían encerrado en la Catedral de la Almudena de forma simbólica para llamar la atención  sobre "la gran estafa hipotecaria" y el drama social de los desahucios.

Este mandatario eclesiástico, policía en mano, que para eso está, sacó de un Templo de Dios, no de él, a sus súbditos más pobres, de Dios no de él, a los desheredados de la Tierra, a los que protestan ante la inminente pérdida de su hogar.

Pero la Iglesia, que no es tonta, rectificó, sin querer decir con esto que sea lista, ni que les vaya a dar cobijo. La Iglesia sabe pedir no dar. Ahora, meses más tarde, y  después de que este viernes, una mujer se haya arrojado al vacío desde su casa instantes antes de ser desahuciada, Rouco ha pedido una solución "justa, equitativa y solidaria" al "angustioso" problema de los desalojos.

Antes de que esta mujer se quitase la vida, lo hizo un señor de Granada y otro lo intentó en Valencia

Si la Revolución Árabe comenzó con el suicidio de un vendedor ambulante, porqué no pensar que en España, un suceso de este tipo no sea razón suficiente para establecer una simple ley o un decreto (que con tanta facilidad redactan), una ley que de protección a uno de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, el de una vivienda digna.

En relación con esto me gustaría adjuntar un comentario realizado en el blog de mi amigo Tronk, quien dice lo que dice sin más artificios porque así lo siente:

-“Estimado amigo.
No va con el tema que propones hoy, pero me sale del alma comentar este asunto.
Asunto que sin dudar, tengo claro que comentaras en tu blog.
Hoy, me voy a cagar en la madre que parió a estos putos políticos.
Me cago en los que gobiernan ahora y en los que gobernaron antes.
Todos ellos son igualmente culpables de asesinato.
Me he enterado hoy en la radio que tantos disgustos me da.
Te prometo que me ha saltado la lágrima al oírlo.
Una Señora ha sacrificado su vida.
El poder judicial a las ordenes del legislativo y con pleno consentimiento del puto ejecutivo la iban a echar de su casa….y, así ha sido.
LA HAN ECHADO,
A mí me caerían los guevos al suelo.
Para estos (políticos de chicha y nabo que no tienen guevos ni ovarios) será una oportunidad para crear una comisión especial extraordinaria y cobraran una pasta extra.
Puerca miseria.
Amaya Egaña, allí donde estés estoy seguro que no te faltara de nada y se que tu sacrificio no va a ser en vano.
Descansa en paz”-

Juan Carlos Vázquez.