La
conferencia del PSOE nos deja una idea clara, la falta de líderes políticos y
de ideas innovadoras; pero esto debe ser un mal endémico de la política a nivel
global.
Estas
dos realidades, no pueden ir separadas, las ideas necesitan un líder que las
exprese y viceversa. Pero si dejamos el tema así, resumiríamos el problema
a una mera cuestión teórica que no puede quedar viuda de una verdadera
aplicación práctica, y este es el verdadero problema. Por tanto se precisa de
unas ideas atractivas, de alguien que las de a conocer y que empatice con el
pueblo, y lo más importante, llevarla a la práctica.
Mientras
que la cultura conservadora está plenamente arraigada en una tradición y unas
costumbres, encaminadas a la perpetuación de una serie de intereses de unos
estratos sociales más o menos consolidados y cerrados. La izquierda no
encuentra su rumbo.
La
derecha neoliberal de hoy en día, enfrascada en sus políticas macroeconómicas,
nos presenta una realidad pervertida por esta perspectiva y desligada de la situación
microeconómica.
Esta
visión macro se encamina en dirección contraria a la dirección micro de nuestra
economía, de ahí que la percepción de alivio de la crisis no se sienta a pie de
suelo.
Es
en este divorcio económico, en ese vacío entre las grandes cifras y la realidad
doméstica, es donde la izquierda debe hacerse notar y ocupar el sitio que le
corresponde. Debe considerar la crisis como una oportunidad que no puede dejar escapar, tomando como
referencia un pasado a olvidar, (transición de la dictadura a la democracia,
gobierno tras el belicismo Aznariano).
Debe
despojarse de todas las costras del liberalismo exacerbado que la han llevado a
prostituirse y dar un giro a su política de 180 grados, considerando la crisis desde todas las áreas
afectadas, no solo la económica; también la social y humana, cultural y ética;
pues la recuperación debe ser a todos niveles. De no ser así, lo que se
consigue es crear nuevos problemas.
La
salida de la depresión será real cuando la población la perciba y para ello se
deben resolver los verdaderos problemas: el desempleo, la disminución salarial,
la desintegración de los sistemas de protección social, como la sanidad y los
servicios asistenciales, la orientación deseducadora de una población orientada
al vasallaje, etc. Este es el espejo en el que el pueblo se refleja y se
identifica con la crisis, por decirlo de otra manera, la crisis real.
Es
en este ámbito dónde interviene el Estado, o dónde debería hacerlo, centrando su
esfuerzo en las familias y las pequeñas y medianas empresas, que potencien el
consumo doméstico, verdadero motor de la microeconomía.
De
nada le vale a mi prima la del pueblo que la “tele” le hable del fin de la
crisis, cuando en realidad los únicos salvados son los criminales que la
causaron. Y sin retirar lo de criminales, dice mi prima que si en verdad hay
que salvar los bancos, los salvaremos; pero que si lo paga ella, el banco es suyo y
que si es suyo, los que lo han hundido “a tomar por culo al paro”, y es que mi
prima es muy bruta; pero muy clara.
Bueno,
ahora la izquierda a lo que tiene que hacer, que faena no le falta y yo a cenar
que ya me está gritando mi prima que ya está la cena y prepara unos buñuelos de muerte. Además, con el genio
que tiene…, como para hacerla esperar. Bueno que aproveche, a los que puedan cenar.
Juan
Carlos Vázquez
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