Alienígenas de las tres "R". |
Vamos a suponer un país imaginario, tan imaginario que
será un país de otro planeta. Podríamos suponer un país en el planeta rojo;
pero vamos a elegir otro planeta, no sea que haya quien interprete el color de
este con mi inclinación hacia uno u otro signo político. Me voy a inventar
también el Planeta y lo voy a llamar Putón, resultado de quitar la letra “l” al
planeta del sistema solar que todos conocemos.
En este planeta,
al igual que en cualquier otro en el que haya vida social, tengan la forma que
tengan sus individuos, la sociedad ha sufrido una constante evolución,
evolución que, se entiende, se dirige hacia una mayor organización y
perfeccionamiento, en un proceso ininterrumpido que va desde las primeras y
primitivas organizaciones trivales a las más actuales y desarrolladas
organizaciones tecnológicas, informativas o comunicacionales.
En el principio de los tiempos de “putón”, la estructura
familiar, la costumbre y el sentido común regían la vida de estos sujetos
"putones"; pero conforme avanzamos en el tiempo la sociedad "putona" se fue
complejizando y precisó de sistemas organizativos cada vez más sofisticados,
volviéndose a su vez menos claros y sencillos, más ambigüos y de difícil
interpretación. Estos nuevos sistemas estructurales supusieron transformaciones
importantes en las jerarquías sociales del planeta, (que para no complicar el
tema vamos a suponer que estaba formado por un solo país, siendo un planeta
pequeño e insignificante, despreciado por el resto de su sistema solar, como si
fuese Teruel en España, para que nos entendamos).
Como es lógico, las “normas”, lo que aquí llamamos leyes,
las establecían allí, al igual que aquí, los que tenían el poder para hacerlo, teniendo
en cuenta que esa normativa debe ser extensiva a todos los pobladores de
nuestro planeta imaginario, y por lo tanto debe preservar los derechos y las
libertades de todos ellos. Pero, como en todos sitios, y Putón no es diferente,
“quien parte y reparte se llava la mejor parte”, por ello, los legisladores de
Putón, se preocuparon de perpetuar sus privilegios respecto del resto de los no
legisladores de este singular planeta. Esto, como es lógico supuso serios
enfrentamientos entre los distintos estamentos de la sociedad putoniana, en una
lucha constante por las cotas de podeer.
Como vemos, este país de nuestra imaginación no difiere
mucho de la sociedad que conocemos en nuestro planeta Tierra. Además, se
produjo también el fenómeno de la religión, cuando al preguntarse sobre
cuestiones metafísicas no lograban obtener respuestas coherentes y
satisfactorias, lo cual supuso un nuevo agregado que polarizó y enquistó la
conflictiva situación social, cuando las autoridades religiosas se hicieron con
su parcela de poder. La religión, en lugar de quedarse quieta en el ámbito
espiritual, se posicionó en el plano material de la sociedad y capitaneó la
mayor parte de las revueltas sociales en pro de sus propios intereses.
En este tipo de sociedad extraterrestre, se produjeron
fenómenos que podemos considerar paralelos a los acontecidos en la terrestre;
por lo que la forma de sus individuos, con caras feas de serpiente marina, su
color verdoso, sus tentáculos y sus cuerpos babosos, no supusieron cambios
organizativos que pudieran servirnos de modelo para reorientar nuestra
organización social hacia una mayor igualdad y justicia.
Las leyes de Putón se desarrollaron con la misma
complejidad que la nuestra, la sociedad se escindió en dos estratos cada vez
más diferenciados, aunque desde nuestra perspectiva puede pasar desapercibido
este fenómeno, comparable co el hecho de que para los occidentales todos los chinos parecen
iguales. No sabríamos diferenciar los "putones ricos" de los "putones pobres", ya
que a nuestros ojos, unos y otros son igualmente asquerosos y pringosos.
Esta equivalencia entre estos dos tipos de desarrollo
social, el terrestre y el putoniano, hace que me pregunte sobre la posibilidad de una especie de metástasis
putoniana, de invasión terrestre por parte de estos asquerosos seres, que
adoptando forma humana se hayan hecho con el control sobre la Tierra. Hay mucha
literatura al respecto y ello me hace considerar seriamente esta posibilidad,
aún a sabiendas que hacer público este hecho puede llevarme a una persecución
implacable por parte de la CÍA, del MOSAT o incluso de los servicios de la
inteligencia militar española, (bueno, estos últimos vamos a quitarlos que me
da la risa). Sé que mi internamiento en un psiquiátrico de la Patagonia
Argentina será inminente; pero creo que debo hacer público este hecho.
Los putones han fijado su atención en nuestro país, por dos razones básicas, por un lado, ha sido invadido infinidad de veces en la Historia y por otro su descalabrada situación actual: un
país sumido en una fuerte depresión económica, con una profunda crisis de valores y una pérdida de
rumbo de la sociedad que la ha conducido a la aceptación de un gobierno inútil,
corrupto e intolerante, o lo que es lo mismo, a un conformismo social sin precedentes.
Los alienígenas que nos han invadido han entrado en los
cuerpos de los tres personajes más poderosos de nuestro país, Rajoy, Rubalcaba
y Juan Carlos. Prueba de ellos son simple y llánamente las caras de estos, sus
miradas perdidas, su lenguaje en estado evolutivo y la capacidad para mentir, ya
que aún no están familiarizados con nuestras costumbres. Esto casi es más esperpéntico que el espía negro que metió la CIA en las filas etarras.
Los servicios secretos, alertados sobre esta invasión,
han movido ficha y han enviado especialistas para acabar con ello, pèro deben
hacerlo de forma sutíl, sin que la sociedad se aperciba de la realidad de los
hechos. Para ello han enviado a otros tres hombres, curtidos en estas luchas
interestelares, que, representando diversos papeles, intentarán acabar con esta
plaga invasora. Estos son conocidos por todos nosostros y, pese a su fama
popular, nadie sospecha acerca de su verdadera misión. Los tres especialistas
mencionados, los tres héroes que salvarán la tierra, sin necesidad de ponerse
los calzoncillos sobre los pantalones no son otros que Bárcenas, Urdangarín y
Griñán.
La misión parece que va teniendo los resultados esperados
e incluso deseados, ya que los extraterrestres se han puesto nerviosos, dan la sensación de que se han rayado y solo
saben decir frases hechas, sin sentido, y que la mayoría de las veces no vienen
a cuento, tales como: “lo siento, me he equivocado”, “si no puede demostrarse
es que no se ha hecho”, “nunca debí confiar en él”, etc.
Estos tres héroes están dispuestos a dar su vida, su libertad
y su fortuna por una causa justa, salvar la Tierra, ¡ánimo valientes!, ¡el pueblo os apoya!.
Nota: cuando sepa el lugar en que seré recluído, colgaré
la dirección en mi perfil de facebook, para que me hagais llegar tabaco, suelo
fumar Camel; pero si es otro me lo fumo igual. Gracias y ¡viva la Tierra!.
Juan Carlos Vázquez
Luis Blesa Aranguren (Su tutor y psiquiatra personal. nº de colegiado: Pi)