jueves, 24 de enero de 2013

LOS CAMINOS DE LA VERDAD TIENEN UNA SOLA DIRECCIÓN Y ESTÁN MUY BIEN ILUMINADOS, SI TE EQUIVOCAS Y VAS EN SENTIDO CONTRARIO, TARDE O TEMPRANO TE ENCONTRARÁS DE FRENTE CON UN CAMIÓN Y… POBRE DEL CAMIÓN.


tonto matando moscas de asombroso parecido con Montoro

El señor Ángel Montoro, para ser doctor en ciencias empresariales, parece abducido o tonto, digo parece que es igual que presunto, y parece que no es más tonto, siempre presuntamente, porque no madruga más. Imaginaros un tonto, que lo es mientras está despierto, y que además su nivel de tontuna crece en proporción directa al tiempo que lleva despierto. Esto significa que un tonto recién levantado es menos tonto que ese mismo tonto al final del día. Si además prolongamos las horas en que nuestro tonto está despierto, porque madruga más, aún llega a superar su nivel de tontuna del día anterior. Cabe la posibilidad de que el proceso sea acumulativo, por lo que los progresos que nuestro, presunto, tonto realiza día a día se suman y hacen que al final de sus días, nuestro tonto en cuestión, alcance límites insospechados de tontería, superando el concepto que hasta el día de hoy tenemos al respecto. Esto último es una hipótesis no comprobada y con los datos disponibles podemos decir que la evidencia al respecto es mixta, con casos favorables a la hipótesis y casos contrarios.
Bien, dicho esto, el tonto se caracteriza principalmente, porque hace tontear, y esto es lo peligroso de estos personajes, ya que llegan a sacarte de tus casillas. Las moscas son tontas porque en tu afán de liquidarla dejas de ser tú mismo, transformándote en un ser desquiciado y sin escrúpulos, te rebajas a su nivel, al nivel de un ser minúsculo sin cerebro. Ya te da igual que la pared recién pintada se manche con un círculo entre grasa y sangre de un insecto estúpido que en invierno desaparece. Pobres insectos, la naturaleza es sabia y no los ha hecho de Kilo, aún así nosotros, los humanos siempre en contra de estos insectos degradadores de mierda. Y ahora pienso yo, ¿cuántas habrá en el Congreso y el Senado?.
Si haces una pregunta concisa, concreta y bien formulada, con dos únicas y posibles respuestas, dos únicas y opuestas alternativas, el tonto puede desquiciarte con sus rodeos y sus respuestas impregnadas del absurdo. Vuelves a repetir la pregunta; pero ahora de forma más lenta, vocalizando hasta el ridículo; pero el tonto vuelve a la carga y te desconcierta con sus respuestas.
Pongamos un ejemplo, si le preguntamos a una persona, una cualquiera, …el ministro de economía, por decir alguien, si alguna vez ha recibido un sobre con dinero negro como pago por algún tipo de servicio. Lo normal es que diga Sí, o por el contrario No. Si dice sí, se le cae el pelo que no tiene; pero si es verdad sería honrado y no mentiría: pero nunca dirá Sí, no olvidemos que es político, no honrado, no confundamos. Lo más probable es que si este es el caso diga No. Y si realmente es No dirá No, a no ser que haya llegado al grado máximo de tontuna. Diga lo que diga es igual, ya que este tipo de dinero, llamado dinero B, no está registrado, ni aparece en ningún balance ni cuenta de resultados, ni mucho menos es declarable ni sometible a ningún tipo de imposición.
En esto último es en lo que encontramos un claro síntoma de agravamiento en el índice de tontuna de nuestro ministro de Hacienda, ya que ante la pregunta anterior, se enfada y se retuerce sobre su eje al tiempo que contesta cabreado que su declaración de renta y bienes es pública y fácilmente consultable. Cosa que ya sabemos; pero no le preguntamos por sus bienes ni remuneraciones en dinero A, sino como él muy bien sabe, nuestras dudas y de ahí nuestra pregunta es acerca del dinero en B.
Seguimos esperando la respuesta, que no dará; pues de ser así ya la habría dado.

Juan Carlos Vázquez

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