jueves, 6 de febrero de 2014

LOS TONTOS DE LAS FIESTAS SON LOS ÚLTIMOS EN ABANDONARLAS; PERO BORRACHOS Y CON LOS BOLSILLOS LLENOS DE PASTELES

Un, dos, tres, aquí estamos con usted otra vez
Ya desde Isabel II, esta dinastía sin par ha tenido los enemigos dentro de casa, esta señora amante de ser amante y de revolcarse a su antojo con quien se le ponía frente a ella, vestido de general , no necesitó enemigos, ella sola se bastó. En un alarde de patriotismo desamortizó los bienes de la corona, bueno, los bienes del país mejor dicho, claro está que en la operación se quedó con el 25% de lo que no era suyo, sino de todos, de todos los españoles, ¿os suena esto a algo?.  
Así, la que llegó a ser comparada, en algún momento de su reinado, por una victoria de nada en Marruecos si no me equivoco, con la mismísima Isabel la Católica, (lo cual no es tan bueno como quieren hacernos pensar, casi es preferible que te comparen con la pirriñaca, que al menos sabe bailar flamenco).
Pese a la prohibición publicada por su querido amigo Narváez, de militar traje, que tanto le excitaba a la buena señora, el destacado dirigente del Partido Demócrata y catedrático de Historia de la Universidad de Madrid Emilio Castelar, publicó un artículo en el que se oponía a las políticas de dicha señora y de su camarilla tan bien armada, al tiempo que realizaba una catedrática crítica de la reina. Este hecho provocó la revuelta estudiantil de San Daniel, con unos cuantos estudiantes muertos, que junto con otra serie de acontecimientos, y el apoyo de los siempre apoyadores militares, propiciaron la caída de la promiscua dama y su marcha al exilio. ¡Ala, “a tomar pol saco”, un Borbón menos!.
Luego tuvo que venir Alfonso XII, que aunque rey, no debía ser mala persona; pero tan popular era o quería ser, que se arrimó demasiado a los enfermos de cólera, en una de sus visitas a los afectados, y plegó las patas contagiado, así que… “¡a tomar pol saco” otro Borbón!.
A continuación, el siguiente en la lista, como en la peluquería, Alfonsito XIII, un rey constitucional que de constitucional se pasó a dictador y de dictador quiso volver a constitucional, cuando le dijeron que donde iba, que de eso nada, que a tomar viento. Otro Borbón menos.
Años después, tras una República y una dictadura eterna, fue esta última la encargada de educar al que hoy en día regenta la monarquía española, un tal Juan Carlos, como yo, ¡con lo que me ha gustado siempre mi nombre!…Este tampoco necesita enemigos, ya tiene sus yernos y demás familia;… así que, ¡ ánimo, que siga el juego!.
Los borbones tienen además la otra cara, la de los desheredados, la de los descendientes de la otra rama de la familia que tantos muertos han sembrado, con sus guerras interfamiliares por alzarse con el poder. Las famosas guerras carlistas provocadas por las dos facciones borbones en litigio, dieron comienzo en un momento en el que el moribundo Fernando VII, no sabía bien si decidirse por Isabel o por Carlos, ambos con las mismas posibilidades.
A final, el rey absoluto, aclamado por un pueblo analfabeto que prefería las cadenas a la libertad, se decantó por su hija, por la Isabel antes mencionada. Así que los desheredados, armados con armas y con cruces, ¡a matar!, y los Isabelinos a matar a estos; pero los que no morían eran los aspirantes a reyes, sino los que iban detrás.
Y este es el espectáculo que nos ha ofrecido esta familia Grande de España, que vivió, o más bien propició la ruina de la primera potencia mundial, la España Imperial, y que como los teleñecos, continuará…Pero, aunque el presente ha superado con creces este nefasto pasado, a ver si alguien se apiada de nosotros y como en todo buen espectáculo baja el telón de esta dessastrosa obra.

Juan Carlos Vázquez

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