Un, dos, tres, aquí estamos con usted otra vez |
Así, la que llegó a ser comparada, en algún momento de su reinado, por una victoria de nada en Marruecos si no me equivoco, con la mismísima Isabel la Católica, (lo cual no es tan bueno como quieren hacernos pensar, casi es preferible que te comparen con la pirriñaca, que al menos sabe bailar flamenco).
Pese a la prohibición publicada por su querido amigo Narváez, de militar traje, que tanto le excitaba a la buena señora, el destacado dirigente del Partido Demócrata y catedrático de Historia de la Universidad de Madrid Emilio Castelar, publicó un artículo en el que se oponía a las políticas de dicha señora y de su camarilla tan bien armada, al tiempo que realizaba una catedrática crítica de la reina. Este hecho provocó la revuelta estudiantil de San Daniel, con unos cuantos estudiantes muertos, que junto con otra serie de acontecimientos, y el apoyo de los siempre apoyadores militares, propiciaron la caída de la promiscua dama y su marcha al exilio. ¡Ala, “a tomar pol saco”, un Borbón menos!.
Luego tuvo que venir Alfonso XII, que aunque rey, no
debía ser mala persona; pero tan popular era o quería ser, que se arrimó demasiado a los
enfermos de cólera, en una de sus visitas a los afectados, y plegó las patas contagiado, así que… “¡a tomar pol saco” otro Borbón!.
A continuación, el siguiente en la lista, como en la peluquería, Alfonsito XIII,
un rey constitucional que de constitucional se pasó a dictador y de dictador
quiso volver a constitucional, cuando le dijeron que donde iba, que de eso
nada, que a tomar viento. Otro Borbón menos.
Años después, tras una República y una dictadura eterna,
fue esta última la encargada de educar al que hoy en día regenta la monarquía
española, un tal Juan Carlos, como yo, ¡con lo que me ha gustado siempre mi
nombre!…Este tampoco necesita enemigos, ya tiene sus yernos y demás familia;…
así que, ¡ ánimo, que siga el juego!.
Los borbones tienen además la otra cara, la de los
desheredados, la de los descendientes de la otra rama de la familia que tantos muertos
han sembrado, con sus guerras interfamiliares por alzarse con el poder. Las
famosas guerras carlistas provocadas por las dos facciones borbones en litigio,
dieron comienzo en un momento en el que el moribundo Fernando VII, no sabía
bien si decidirse por Isabel o por Carlos, ambos con las mismas posibilidades.
A final, el rey absoluto, aclamado por un pueblo
analfabeto que prefería las cadenas a la libertad, se decantó por su hija, por
la Isabel antes mencionada. Así que los desheredados, armados con armas y con
cruces, ¡a matar!, y los Isabelinos a matar a estos; pero los que no morían
eran los aspirantes a reyes, sino los que iban detrás.
Y este es el espectáculo que nos ha ofrecido esta familia
Grande de España, que vivió, o más bien propició la ruina de la primera
potencia mundial, la España Imperial, y que como los teleñecos, continuará…Pero, aunque el presente ha superado con creces este nefasto pasado, a ver si alguien se apiada de nosotros y como en todo buen espectáculo baja el telón de esta dessastrosa obra.
Juan Carlos Vázquez
Jajajajaja, mú bueno, "Pikolin". Un abrazo, pisha
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