Malditos. dibujo de J. C. Vázquez, o sea yo |
Los renunciantes de la
India ya sabían esto y como son pacíficos y pasan de “follones”
y policía, se limitan a renunciar a lo primero que se les ocurre; así Rabindranath
Tagore, pretendió renunciar al sentido de la vista y, menos mal que se
arrepintió pronto de su tontería y abandonó su empeño por mirar fijamente al
sol durante horas, hasta que le doliese y por renunciante, por tonto quedarse
sin el sentido de la luz y el color. Tagore se dio cuenta a tiempo; pero otros
pobres continuaron con sus tonterías y consiguieron, tras mucho sufrimiento, perder
alguno de sus sentidos, la vista, el olfato, o el riego sanguíneo de alguno de
sus miembros o por último la vida. Felices estos últimos, porque al menos
dejaron de sufrir y alegres los gobernantes de la India , ¡uno menos!. Un pobre menos, un
mendigo menos; pero ya digo que estos renuncian a esta vida por voluntad
propia, es como si te van a echar de una empresa, la que sea, y un segundo
antes dimites, o como cuando dejábamos, nosotros, a ese ligue de verano que no
nos había hecho ni caso; pero lo dejábamos nosotros, por lo que pasábamos de víctimas
a verdugos por la mera anticipación de nuestros actos.
Los pobres pueden renunciar solo a una cosa, a la ilusión
por dejar de serlo, no pueden renunciar a nada más, porque nada es lo que tienen. Pero esto es en
Oriente, aquí los pobres sí que deben tener, porque se han convertido en el
centro de la diana de los mequetrefes políticos, de tal forma que no hay
resolución que no los afecte de lleno y en toda su plenitud y crudeza.
Las reformas políticas se centran, una y otra, vez en
despojar al que no tiene nada de ese mismo nada, debe ser una especie de
brujería, o de prácticas satíricas satánicas de unas sectas neoliberales que
pretenden acabar con esta clase social que es lo único que es y que se define
por no tener, por no tener en sentido general, es decir nada de nada. Si estos
son eliminados el hueco dejado en el tablero “tetrix” debe ser inmediatamente
ocupado por otros, ya que de otra forma el equilibrio social se tambalea y
podría llegar a afectar a las clases altas, y esto si que no, que el rey se vea
afectado, por lo que sea, por culpa de los pobres o de la ausencia de estos,
no, eso no puede ser. Por lo tanto el hueco de los pobres lo pasará a ocupar la
“casta” inmediatamente superior, la gran masa de la clase media, que perderá
todos sus privilegios y se convertirá en la nueva clase pobre. Con todo esto
los ricos se habrán hecho mucho más ricos, pues la riqueza perdida por unos
habrá pasado directamente a otros y este flujo de la riqueza siempre va en el
mismo sentido, del pobre al rico; pero esto ya lo sabemos.
Lo más interesante es para mí el estudio del remordimiento
político, del sentimiento de culpa de estos hijos de la gran Patria, he dicho
Patria, bueno, es igual. Estos huevazos con barba y gafas regentes de las
decisiones políticas sienten el mismo remordimiento que mi abuelo cuando con el
matamoscas nos libraba, en la terraza de su casa, de estos insufribles
insectos. No se inmutaba, es más llegaba a cogerle gusto, tanto que los nietos
esperábamos el momento en que dejaba el instrumento asesino, en el clavo de
siempre y pugnábamos entre nosotros por cogerlo y superar al maestro en el
número de piezas cobradas.
Remordimientos cero pelotero, es más, aún lo hacen público,
recordemos a la hija del mafioso de Castellón cuando dijo su famosa frasecita,
“que se jodan”. En claro síntoma de compungirse y de sentirse angustiada y deprimida
por la decisión que se veían obligados a tomar. ¡Que les divierta un mono
señorías!.
Les conmino a que se hagan ustedes renunciantes, con su
líder patizambo bizco al frente, renunciantes de todo intento de hacer lo que
saben de sobra que no tienen capacidad para hacer y que es simplemente hacer
las cosas bien, ¡coño!, que es muy fácil.
Lo difícil es hacer lo que hacen, destrozar miles de hogares
privándolos de un sustento digno, dañar irreversiblemente la dignidad de un
pueblo, pedir esfuerzos a quienes siempre los hacen, algún beneficio tendrán y
no me vengan con eso de la Nación ,
ni el Estado, que eso solo son términos borrosos que definen un territorio y a
todos los que en él viven, todos, TODOS, entiendes lo que digo o te lo digo en
Esperanto.
Renunciar a gobernar y dejar que lo haga alguien con un
mínimo de humanidad, justicia y solidaridad, tres términos que siendo
imprescindibles para un buen gobierno, ustedes desconocen, o mejor dicho,
borraron de su diccionario, con la única intención de crear una sociedad
dividida en dos únicas clases bien diferenciadas, los ricos, a los que les
importa una mierda la Gloria
y los pobres, que no tienen otro consuelo que alcanzar esa desconocida Gloria.
Ustedes a su estropicio, que yo continuaré con mi
matamoscas.
Juan Carlos Vazquez.
Muy buen artículo, Juan Carlos. Uno de los que más me ha gustado. Sigue escribiendo que yo quiero seguir aprendiendo y de mayor quiero ser como tú. Este artículo tuyo y sin tu permiso me lo copio literalmente en mo Blog.
ResponderEliminarPor cierto, habla con tu abuelo para que me diga donde puedo comprar un mata moscas versión expulsador moscones de las Cortes y otro más especifico versión echa moscones reales de la Zarzuela.
Saludos a las Teres y un abrazo.