lunes, 10 de septiembre de 2012

REMORDIMIENTOS DE UN ASESINO DE MOSCAS.



Malditos. dibujo de J. C. Vázquez, o sea yo
La Gloria es ese lugar insonoro, blanco, luminoso, traslúcido, cálido y tibio, en el que no necesitas los bienes terrenos, por esa razón es por la que nuestro amigo Rajoy pretende dejarnos hasta sin la goma de los calzoncillos, porque en la Gloria no necesitamos nada de nada. Por qué apenarnos, entristecernos, cabrearnos, encolerizarnos por los recortes, ¿qué más da? Si vamos a ir a la Gloria, vamos a estar con Dios y al estar con Él, estaremos como está Él. De igual forma nuestros hijos, no deben preocuparse por su futuro, al igual que nosotros, como tutores suyos, tampoco debemos hacerlo.
Los renunciantes de la India ya sabían esto y como son pacíficos y pasan de “follones” y policía, se limitan a renunciar a lo primero que se les ocurre; así Rabindranath Tagore, pretendió renunciar al sentido de la vista y, menos mal que se arrepintió pronto de su tontería y abandonó su empeño por mirar fijamente al sol durante horas, hasta que le doliese y por renunciante, por tonto quedarse sin el sentido de la luz y el color. Tagore se dio cuenta a tiempo; pero otros pobres continuaron con sus tonterías y consiguieron, tras mucho sufrimiento, perder alguno de sus sentidos, la vista, el olfato, o el riego sanguíneo de alguno de sus miembros o por último la vida. Felices estos últimos, porque al menos dejaron de sufrir y alegres los gobernantes de la India, ¡uno menos!. Un pobre menos, un mendigo menos; pero ya digo que estos renuncian a esta vida por voluntad propia, es como si te van a echar de una empresa, la que sea, y un segundo antes dimites, o como cuando dejábamos, nosotros, a ese ligue de verano que no nos había hecho ni caso; pero lo dejábamos nosotros, por lo que pasábamos de víctimas a verdugos por la mera anticipación de nuestros actos.
Los pobres pueden renunciar solo a una cosa, a la ilusión por dejar de serlo, no pueden renunciar a nada más,  porque nada es lo que tienen. Pero esto es en Oriente, aquí los pobres sí que deben tener, porque se han convertido en el centro de la diana de los mequetrefes políticos, de tal forma que no hay resolución que no los afecte de lleno y en toda su plenitud y crudeza.
Las reformas políticas se centran, una y otra, vez en despojar al que no tiene nada de ese mismo nada, debe ser una especie de brujería, o de prácticas satíricas satánicas de unas sectas neoliberales que pretenden acabar con esta clase social que es lo único que es y que se define por no tener, por no tener en sentido general, es decir nada de nada. Si estos son eliminados el hueco dejado en el tablero “tetrix” debe ser inmediatamente ocupado por otros, ya que de otra forma el equilibrio social se tambalea y podría llegar a afectar a las clases altas, y esto si que no, que el rey se vea afectado, por lo que sea, por culpa de los pobres o de la ausencia de estos, no, eso no puede ser. Por lo tanto el hueco de los pobres lo pasará a ocupar la “casta” inmediatamente superior, la gran masa de la clase media, que perderá todos sus privilegios y se convertirá en la nueva clase pobre. Con todo esto los ricos se habrán hecho mucho más ricos, pues la riqueza perdida por unos habrá pasado directamente a otros y este flujo de la riqueza siempre va en el mismo sentido, del pobre al rico; pero esto ya lo sabemos.
Lo más interesante es para mí el estudio del remordimiento político, del sentimiento de culpa de estos hijos de la gran Patria, he dicho Patria, bueno, es igual. Estos huevazos con barba y gafas regentes de las decisiones políticas sienten el mismo remordimiento que mi abuelo cuando con el matamoscas nos libraba, en la terraza de su casa, de estos insufribles insectos. No se inmutaba, es más llegaba a cogerle gusto, tanto que los nietos esperábamos el momento en que dejaba el instrumento asesino, en el clavo de siempre y pugnábamos entre nosotros por cogerlo y superar al maestro en el número de piezas cobradas.
Remordimientos cero pelotero, es más, aún lo hacen público, recordemos a la hija del mafioso de Castellón cuando dijo su famosa frasecita, “que se jodan”. En claro síntoma de compungirse y de sentirse angustiada y deprimida por la decisión que se veían obligados a tomar. ¡Que les divierta un mono señorías!.
Les conmino a que se hagan ustedes renunciantes, con su líder patizambo bizco al frente, renunciantes de todo intento de hacer lo que saben de sobra que no tienen capacidad para hacer y que es simplemente hacer las cosas bien, ¡coño!, que es muy fácil.
Lo difícil es hacer lo que hacen, destrozar miles de hogares privándolos de un sustento digno, dañar irreversiblemente la dignidad de un pueblo, pedir esfuerzos a quienes siempre los hacen, algún beneficio tendrán y no me vengan con eso de la Nación, ni el Estado, que eso solo son términos borrosos que definen un territorio y a todos los que en él viven, todos, TODOS, entiendes lo que digo o te lo digo en Esperanto.
Renunciar a gobernar y dejar que lo haga alguien con un mínimo de humanidad, justicia y solidaridad, tres términos que siendo imprescindibles para un buen gobierno, ustedes desconocen, o mejor dicho, borraron de su diccionario, con la única intención de crear una sociedad dividida en dos únicas clases bien diferenciadas, los ricos, a los que les importa una mierda la Gloria y los pobres, que no tienen otro consuelo que alcanzar esa desconocida Gloria.
Ustedes a su estropicio, que yo continuaré con mi matamoscas.

Juan Carlos Vazquez.

1 comentario:

  1. Muy buen artículo, Juan Carlos. Uno de los que más me ha gustado. Sigue escribiendo que yo quiero seguir aprendiendo y de mayor quiero ser como tú. Este artículo tuyo y sin tu permiso me lo copio literalmente en mo Blog.
    Por cierto, habla con tu abuelo para que me diga donde puedo comprar un mata moscas versión expulsador moscones de las Cortes y otro más especifico versión echa moscones reales de la Zarzuela.
    Saludos a las Teres y un abrazo.

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