sábado, 29 de septiembre de 2012

OCUPA EL CONGRESO, ¡PERDÓN!, RODEA EL CONGRESO

Policías, como siempre vestidos de carnaval.
El señor de rodillas busca a su hijo entre los disfrazados
El 25 de septiembre de 2012, no es un día cualquiera, no es un número más a tachar en el calendario, por el contrario debería ser una fecha a subrayar, un punto de inflexión en la política de nuestro país. Los gobernantes de turno, desde sus posiciones de poder, que no de autoridad, (la autoridad no se impone sino que es dada por aquellos que obedecen), han intentado mitigar y difuminar la repercusión de lo que este día puede significar en su gobierno. Han intentado confundir a la opinión pública con la idea de Golpe de Estado; nos intentan mostrar a los manifestantes desarmados, como peligrosos golpistas que intentan tomar el Congreso, incluso podría tratarse de un movimiento promovido por células del integrismo islámico.
Si hay alguien que entiende de Golpes de Estado, son ellos, y saben que en su inmensa mayoría, los golpistas cuentan con el apoyo de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con el ejército, con los medios de comunicación y con el apoyo de ciertos sectores de la sociedad en pro de la conservación o del incremento del poder de los privilegios de dicho colectivo social, es decir de ellos mismos. Por lo tanto si frente a la opinión pública intentan mostrar un colectivo, más o menos numeroso de personas, con las únicas armas de sus manos, como peligrosos agentes golpistas es que menosprecian la capacidad intelectual de sus subordinados, y yo lo tomo como un insulto.
Otra cosa, muy distinta, es que teman las consecuencias de esa manifestación ciudadana voluntaria, temor infundado, ya que disponen de los medios necesarios para poder reprimir cualquier acción, manifestación o protesta, legalizada o no; así, tienen una policía dispuesta a repartir mamporros hasta a los maniquíes del Corte Inglés si piensan que les están mirando mal, o, lo que es lo mismo, provocando. Esta es la justificación necesaria para que te emprendan a porrazos hasta que te dejen sin talento y es la razón que precisan los delegados del Gobierno de turno y el ministro del interior para justificar las hazañas policiales.
Digo que quizás tuviesen miedo, no por nada, sino por los mil trescientos policías que colocaron alrededor del Congreso, casi policía por baldosa, más las barreras colocadas en todo su perímetro, (tres barreras concéntricas), más los agentes infiltrados entre la multitud, los cuales no se nombran porque son secretos y como son secretos no se debe saber quienes son, si no se acaba lo de secreto, (algo así como cuando se sabe el truco del mago, que pierde toda la gracia su magia), pues eso.
Más refuerza mi razonamiento el hecho de que nuestro querido presidente estuviese, día tan señalado en Nueva York, para decir que España debe estar en el Consejo de Seguridad de la ONU, que es como estar en el Ayuntamiento de Tragacete, ya que no vale para nada, bueno sí, para poner pasta y defender los intereses de América y unos pocos más en sus expolios mundiales. Por lo que le dirán que sí, que sí, que ponga pasta y que te dejamos jugar. Por establecer un símil, es como cuando el tonto de clase quería formar parte del equipo de fútbol, a nuestro pesar, ya que lo más parecido a un balón para este individuo era un cubo de basura; y el maestro nos reprobaba que no le dejásemos jugar, ante lo cual lo poníamos de portero o de reserva, puestos en los que nadie quería ponerse. Pues tú Rajoy, de reserva. Y vendrá y nos lo venderá como una victoria, como cuando el capullito de Aznar con su piruleta, sus pantalones cortos a cuadros escoceses y su gorra con ventilador en la solapa, se apuntó el tanto en la firma de las Maldivas, siendo el aliado tonto de los dos poderosos, y así nos fue.
En resumen, diputados y diputadas de España, con su director de orquesta a más de diez mil kilómetros de distancia, cercados por su seguridad por unos mil trescientos y pico policías, (el pico son los secretos, que como son secretos no podemos precisar cuantos son), los presidentes de las comunidades autónomas promoviendo el anticipo electoral, el rey visitando la prensa inglesa para pedirles que hablen bien de España (más le valdría al hechizado este quedarse en casa, ya que el efecto que ha conseguido en los periódicos de la isla han sido totalmente contrarios a los deseados y han mostrado a España como un país caótico al estilo griego), un pueblo desencantado de sus representantes protestando día sí, día también por las calles de nuestro particular circo, la educación volviendo a primar la excelencia, como en los viejos tiempos, la sanidad pública y gratuita en proceso de desaparición, la calidad de vida a niveles de postguerra, una clase media en peligro de extinción, la atención social en busca y captura, la corrupción en primera línea de prensa,…(……………………) espacio para rellenar por los lectores.
He dicho en resumen; pero realmente esto es difícil de resumir y es así porque el único derecho realmente democrático que no ha sido violado por nuestros representantes electos es el Sufragio Universal, y en base a él los elegidos de turno desarrollan sus estrategias delictivas en contra del ciudadano que los votó, y si no, no habernos votado, dicen. Ahora tenemos cuatro años para hacer lo que nos dé la gana, no lo que os hemos prometido; sino lo que nos dé la gana y al que le parezca mal que se manifieste; pero no como ni donde quiera, sino donde les dejemos y como les dejemos, y a portarse bien que si no os echamos a la policía, que para eso está. Lo que sí que nos dejan es que interioricemos nuestro malestar con la clase política, faltaría más, quizás tengan un detector de ondas cerebrales que reflejen el rechazo al gobierno y solo por pensarlo recibas un garrotazo por detrás, cuidado con lo que se piensa.
Señores, el hecho de ser elegido no da derecho al todo vale, sino al contrario, cuando se elige a alguien se elige por unas propuestas y promesas concretas, propuestas de las que la ciudadanía debe exigir su cumplimiento, y debe exigirla como pueda y cuando quiera, siempre sin el uso de la violencia.
Supongamos que el elegido es un presidente que tras su elección, se da cuenta de que no está capacitado para enfrentar con éxito su gobierno, imaginemos que el señor Arenas, derrotado en múltiples elecciones andaluzas, llegase un día a ganarlas, digo esto como suposición para reforzar mi reflexión, todos sabemos que la probabilidad de que esto suceda es prácticamente nula. Pues bien, Arenas sale elegido, la inesperada noticia lo sumiría en un  estado de estupidez e insensatez que lo invalidaría para ejercer el cargo, sin embargo ¿deberíamos aguantarlo durante cuatro años por el simple hecho de haber sido el elegido?. Este caso sucede en pueblos pequeños en los que las personas en vez de votar a la persona más capacitada para la alcaldía, vota al partido de turno, dándole igual quien lo encabece, pudiendo ser este el tonto del pueblo, que en todos hay uno.
Por  lo tanto, ¿el simple hecho de ser elegido en unas elecciones justifica la actuación de esta persona o partido los cuatro años que debería durar el mandato?, ¿tiene la ciudadanía las herramientas necesarias para recriminar o sustituir a un representante electo que por sus actos ha traicionado a su pueblo?, ¿quién controla el poder en democracia?, ¿la inmunidad política debe proteger a los representantes políticos de la justicia en una democracia?. Se me ocurren cientos de preguntas en esta línea; pero no quiero ser aburrido, así que lo dejo aquí, me voy conmigo mismo y mis rollos dirección al cuarto de baño y con la esperanza de poder eliminar en ese lugar místico, en el que eres realmente el rey de tu propio reino, todas las bilis que me produce esta banda politiquera que tenemos que aguantar, aunque si las respuestas de las preguntas mencionadas más arriba son las que yo pienso que son, quizás, solo quizás, no tengamos que soportarlos por mucho más tiempo, amén.

Juan Carlos Vázquez

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