Estas
son las votaciones más condicionadas por el miedo y por la presión mediática
que he visto en la Historia de mi vida, después de la cagada mentirosa y
tragicómica del PP en España, que dio la victoria al PSOE de Zapatero remendón.
Después, también del engaño democrático del norte de África y en general,
después de los miles de embustes de todos aquellos países que se hacen llamar
libres o en proceso de liberación.
En
Grecia ha podido la presión al ideal, lo que no hace al gobierno electo menos
legítimo; pero sí lo hace menos griego.
Y
es que estas han sido unas votaciones de los que gobiernan en Europa,
realizadas en el territorio griego y sirviéndose de manos griegas para
introducir los votos en la urnas. No son los ideales los que han vencido, sino
el miedo, miedo “al qué será de nuestro futuro fuera del Euro”, fuera de
Europa. Grecia, un país en manos de los que no son del país, unido a los que se
unió por un irrenunciable cordón umbilical, hecho de un dinero que no les
pertenece. Cuna de la civilización occidental, ahora en manos de la dama de
hierro de la política alemana, que ataviada con túnicas fuertes de poder y
sable en mano, impone su autoridad en todo su reino, en el 4º “Reich” Alemán.
No entiendo
por qué los alemanes tienen esa manía, ¡coño!, no hay forma de que se queden
quietos en sus fronteras, siempre tienen que andar jodiendo a unos o a otros.
Si no lo consiguen con los militares, con la diplomacia y la política, y si no
con la economía. Claro, y con esto último, hoy día se puede comprar todo lo
anterior, así que para qué perder el tiempo. Hay que atacar directamente con la
economía, con ella puedes hundir un país de un solo plumazo, sin hacer
socavones en el suelo a base de bombazos y consiguiendo el mismo nº de bajas, o
más que con bombardeos y cañonazos desde todos los lados.
Gracia,
Irlanda, Portugal, España, Italia, el Norte de África, el lejano Oriente, etc.,
países controlados por las potencias que rigen el mundo, por ese poder oculto
en manos de unos pocos, por los verdaderos dueños del capital.
Resulta
que mientras las potencias “aliadas” entran en conflictos abanderados por una
libertad y justicia, que no es de verdad, les están vendiendo armas de todo tipo
por la puerta trasera a estos que dicen que están defendiendo.
Claro
que la guerra es un negocio, creo que el mayor negocio y de eso sabe mucho
Israel, y USA y Francia y hasta España, por un lado y de otro lado los que
compran lo que estos venden y que a su vez, ponen el escenario para practicar
el patético juego de la guerra, que contra lo que siempre se nos ha hecho
creer, si que hay vencedores y vencidos. Los vencedores son los dueños de las
armas, los que trafican con ellas y los vencidos los que aún ganando la guerra,
pierden, y pagan.
Los
muertos son lo de menos, de un bando o de otro, lo importante es que el
comercio de armas de matarnos entre nosotros no pare.
Abdulá, ¿me concede el honor de este baile?
Luego
ya vendrán las ONG y las religiones y los rezos y los perdones, y las deudas y
los pagos y los impagos; y los llantos y la euforia por no haber muerto o por
haber matado; y la depresión y la reconstrucción y el trabajo y la miseria.
Pero de esto nada en las playas de los vendedores, tranquilas y opulentas.
Mientras
tanto los griegos celebran unas votaciones democráticas que no han sido suyas y
España observa, mientras el Rey, famoso por lo que no debiera, se entrevista
con un dictador en Oriente, y le da el pésame por la muerte de su sucesor en la
dictadura, recientemente fallecido. Le da la mano y llorará si viene a pelo,
porque es rico y su familia es rica y su país no dice que no porque no puede.
Es un Talibán, de los de mujer y burka, y de riqueza extrema de él y de pobreza
extrema de los otros, y de comprar y comprar armas, para matar a otros; pero no
como él; sino pobres, como no lo es él. Y el “pampli” de nuestro monarca con
él, riéndole las gracias, y Merkel, y François y Obama y hasta los griegos.
¡Qué
vergüenza! Lo que hay que hacer para que nos compren estos capullos más de
trescientos Panzer (tanques de matar, de matar personas, no gatos).
Mientras
tanto Grecia salta y grita y sonríe, porque gracias a los demás, no a los
griegos, puede seguir metida en la mierda en la que está metida.
Panorámica de la Plaza de San Pedro, reflejo de la austeridad
y fruto de la oración
El papa
Benedicto XVI ha dicho este miércoles (*) que en un mundo como el actual,
"en el que se corre el riesgo de confiar sólo en la eficacia", los
hombres están llamados a descubrir de nuevo y a testimoniar el poder
de la plegaria, el poder de Dios. Creo que se refiere a la eficiencia, ya que
la eficacia es la consecución de las metas propuestas, sin considerar las
implicaciones económicas, monetarias o no, es decir, el coste que ese logro ha
supuesto
Benedicto
XVI afirmó que el rezo diario con Dios y la frecuencia de los sacramentos
permiten abrir la mente del hombre y su corazón al Señor, "ya
que la plegaria no es solamente el respiro del alma sino también el oasis de
paz en el que podemos extraer el agua que alimenta nuestra vida espiritual y
transforma nuestra existencia".
Y esto no
lo sabe Rajoy, esta es la solución, rezar, aunque se desplome todo lo que nos
rodea, ¿qué más da?. La fé es el alimento del Espíritu y si es verdad lo de
mente sana, cuerpo sano, ¿qué duda tenemos?.
El
pontífice agregó que contemplar al Señor es "fascinante porque Él nos
atrae y cautiva el corazón, experimentando paz, belleza, amor; pero es a su vez
tremendo, porque se evidencia la debilidad humana, las incapacidades, la
dificultad de vencer el mal".
Para ver la Paz, la belleza y el amor hay
que rezar, y no digo que no, que puede que sí; pero también digo que la Religión ha causado y
causa muchas muertes. El integrismo, la radicalización religiosa, la creencia
de que una u otra fé es la auténtica y verdadera, ha enfrentado durante siglos
Oriente y Occidente.
Antiguamente
Cristianos contra musulmanes, sarracenos o impuros, es decir contra todo lo que
se moviese que no fuese cristiano. Y hoy día nos están devolviendo la moneda
que les dejamos. En esa época, nuestro Rey saldría con su arco y su espada a
matar elefantes musulmanes con total impunidad, se clavaría una flecha en el
tobillo y volvería como un héroe, cargado por siete esclavos impuros.
Lo de la
belleza se puede ver rezando; pero también sin rezar, principalmente si se reza
con los ojos cerrados. Y el amor, ¿qué es el amor?, ¿y tú me lo preguntas? El amor
eres tú. Me he ido, perdonar este desliz poético; pero es que el amor es el
amor, debería ser el motor del mundo, el amor a los demás, a tu pareja, sea del
sexo que sea, amor al fin y al cabo. Y si rezando se ve el amor adelante, a
rezar
El Obispo
de Roma destacó que en el momento en el que el hombre experimenta su propia
debilidad se manifiesta la potencia de Dios, "que no nos abandona, no nos
deja solos, sino que se convierte en nuestro apoyo y fuerza". "La fe
nos dice que si permanecemos junto a Dios, aunque nuestro mundo exterior se
desplome, el interior se renueva día a día", aseguró.
Aquí si que
no le quito razón, tal como está la situación de la política, la justicia y la
economía, no nos queda otra que encomendarnos a Dios, ya que si tenemos
nuestras esperanzas en Rajoy y su prole, vamos aviados. El segundo tonto de
España, que tuvo que esperar dos legislaturas para ser elegido, sustituyendo así
al primer tonto en aquel entonces, solo puede guiarnos a la ruina total. Desde
el escondite de los tontos guía el futuro de nuestro país con una prepotencia
que causa la risa de nuestros aliados de Europa, se permite el lujo de
pavonearse en casa cuando desde fuera ven como se hunde el tejado. Y lo peor de
un tonto es cuando se cree listo, lo que lo hace más tonto todavía.
Alardea de
haber conseguido un préstamo, algo que hace unos años todos conseguíamos, y los
pedíamos porque no teníamos. España no tiene un duro, por eso pedimos. No se
piden millones de euros porque nuestro sistema bancario sea uno de los más sólidos
de Europa o del Mundo o del Universo. Se pide porque no hay, porque os lo habéis
llevado, cacho tontos, habéis robado desde Felipe González hasta hoy, y las
burras de los trabajadores no han dado más de sí. Sinvergüenza tras sinvergüenza
ha gobernado España con total impunidad desde el primer gobierno socialista
tras la Dictadura,
robando y repartiendo los bienes de todos los de los callos en las manos, entre
vuestros amigos y familiares, mediante privatizaciones decididas
unilateralmente, sin contar con los verdaderos dueños de esos bienes
privatizados. Y seguís en las mismas, escudados en la necesidad, justificados por
la patética situación a la que vosotros nos habéis conducido. Y con esa excusa
vais a esquilmar al pueblo, dejándolo sin nada, con una deuda que pringará a
nuestros hijos. Y si con este panorama aún tienes los “güevos” de pavonearte, ¡vete
a la mierda!.
No hay
dinero para sanidad, ni para educación, ni para crear trabajo; pero pides para
tus bancos y banqueros, mientras los artífices del holocausto económico se van
de rositas con los bolsillos llenos de dinero. Y no digo que no haya que
protegerlos; que proteger el sistema financiero de un país, pero sí digo que
eso no debe suponer perjuicio alguno para los ciudadanos, al igual que en la
situación inversa, cuando han ganado esas cantidades llenas de ceros, tampoco
ha revertido en estos.
El Papa, el
Obispo de Roma, el Jefe de un Estado que no valora los bienes terrenales, nos
invita a rezar, a dedicarnos al espíritu y a la fé, y como trabajo no hay, por
probar no perdemos nada, así que a rezar, que Dios proveerá.
Óleo mío titulado Andalucía
como siempre yo me lo guiso y yo me lo como
El hombre nace en el seno de una familia, salvo el niño de
Gila, que cuando nació su madre estaba de compras y nació solo. Salvo este,
como decía, todos nacemos en el seno de una familia, dentro de la cual
desarrollaremos nuestra socialización primaria. Nuestros padres y hermanos nos
enseñarán y guiarán en nuestro descubrimiento como personas. Nos instruirán en
las normas básicas de relación y de convivencia, tan necesarias para
enfrentarnos al mundo en un futuro.
Creceremos y al crecer iremos ampliando nuestro círculo, en
la convivencia en la escuela, en el grupo de iguales, en el barrio, etc.
Posteriormente en el grupo de trabajo y en multitud de grupos humanos, dentro
de los cuales desarrollaremos unos roles diversos y conformaremos una
personalidad sólida y saludable. (O así debería ser)
Entre todo esto ha pasado desapercibido un hecho
trascendental, ya que su adquisición ha sido secuencial y dentro de un círculo
determinado, me refiero a la adquisición del lenguaje. Esta es la herramienta
principal del ser humano, que nos distingue de los demás seres y nos brinda la
posibilidad de convertirnos en seres sociales y por lo tanto en seres políticos.
Tan natural como que el hombre se puede comunicar es que el hombre es un ser
político. Esto se explica en la propia capacidad de lenguaje del hombre, la
sociedad es una gran red de memoria compartida, es comunicación. El lenguaje
nos permite diferenciar lo bueno de lo malo, lo permitido de lo prohibido. Las leyes
son lenguaje social compartido por todos.
Según Aristóteles, . “Los
seres humanos necesitamos de la comunidad política para ser lo que somos. Necesitamos
compartir esa memoria colectiva de usos, costumbres, saberes, leyes,
destrezas... en definitiva, cultura, para ser lo que somos. No podemos empezar
siempre desde cero sin perder nuestra humanidad. El Estado existe naturalmente”.
La diversidad del hombre es la base de un estado imperfecto,
hetereogéneo, ya que si fuese una unidad perfecta se autodestruiría. Por tanto
el Estado es un todo, dentro del cual existen multitud de diferencias. Debe por
tanto regularse, establecer unas normas, unas leyes que regulen la
multiplicidad de voluntades individuales.
Según este clásico las leyes regularán la convivencia y se
orientarán hacia la plena realización humana, que para él es la felicidad. Esta
tarea es encargada a la justicia, gracias a la cual se armonizarán
equitativamente los derechos y los deberes de todos los miembros de la
comunidad.
Según este pensador se podían establecer varios tipos de
gobierno. Según criterios cuantitativos dependiendo del número de gobernantes o
según criterios cualitativos, atendiendo a lo justo o injusto de los mismos, a
si su objetivo es el bien común o el beneficio particular.
Así, el gobierno de uno solo sería la Monarquía, si es justo
o la Tiranía, si es injusto.
El gobierno de unos pocos sería la Aristocracia, en su versión
justa o la Oligarquía, si es injusta.
El gobierno de muchos es la Democracia como versión justa y
la Demagogia como visión injusta.
Vemos como hace siglos el hombre pensaba, y sus pensamientos
pueden traducirse a la actualidad, pese a habernos pegado puñetazos en
infinidad de ocasiones unos contra otros, con unos vencedores y unos vencidos
unas veces y cambiando los papeles otras.
Pese a eso seguimos teniendo y manteniendo tiranías,
oligarquías y demagogias.
Es como si estuviésemos naciendo continuamente, embutidos en
nuestros errores de siempre.
Tengo un amigo, que sin ser filósofo, me decía que lo mirase
y que le dijese qué era lo que veía. Sin dejarme siquiera pensar la respuesta,
se anticipaba y él mismo se respondía. “Solo ves pellejo, debajo hay mucho tío”.
El hombre es complejo, complejidad que lo hace más simple
que el mecanismo de un chupete. El hombre es transparente y visible gracias a
esa masa de órganos forrados.
Nadie engaña a nadie que no sea él mismo.
El Rey es pellejo, al igual que Rajoy, Zapatero y todos
estos ilustres petimetres de nuestra escena política. Si les quitamos el
pellejo, como si de un traje se tratara todos mostrarían el mismo y repugnante
aspecto.
En cuanto al alma, a la parte metafísica no forrada de piel,
las diferencias son notables en nuestra especie; pero no, únicamente, porque
las conexiones neurológicas sean dispares de un individuo a otro, ya que, en sí,
estas son unas diferencias básicas. La mayor diferenciación de los individuos
no se debe, en casos normales, a los diferentes niveles de inteligencia,
cualidad difícilmente cuantificable, sino a aspectos meramente sociales. Me
explico, el aspecto físico, el vestir, la forma de hablar, la condición
diferente de partida condicionan la mirada del otro. Es esta mirada del otro la
que establece las diferencias insalvables entre los individuos.
No quiero decir, en absoluto que todos seamos iguales, sino
que la mayor parte de las diferencias están condicionadas por aspectos
puramente sociales.
Pongamos un ejemplo: un negro vendiendo discos pirateados y
un negro trajeado con un maletín de piel, o un mendigo haraposo y un Rey, (no
voy a decir el nuestro por no cansar, aunque yo pienso en él). La mirada del
otro, la nuestra establece una escala de valoración de unos y de otros,
atribuyendo unas cualidades que no vemos a unos y a otros, incrementando las
diferencias en los valores sociales, personales y metafísicos, inteligencia, emociones,
etc. Quizás el ejemplo del rey no sea todo lo didáctico que debiera para
explicitar mi discurso; pero pensemos en un rey ideal; o mejor pensemos en un ejecutivo
cualquiera de esos que se pavonean por los centros de las ciudades con aires de
grandeza y superioridad por llevar el traje más planchado que el cristal de un
escaparate.
Lo que realmente nos diferencia es, por lo tanto, la mirada
del otro y los valores que practicamos, es decir la acción ética que nos define
frente a los demás.
Esa mirada del otro, la mía, como ser político, me conduce a
concluir que nuestros gobernantes, lejos de buscar el bien común, buscan el
particular, dejan de ser justos y pasan a ser injustos, con lo que transforman
el gobierno de todos, la democracia en demagogia, que es lo que tenemos hoy día,
una demagogia autocrática, tiránica y oligárquica, en el que unos pocos se han
hecho con todas las parcelas del poder, como si el propio poder fuese inherente
a su clase, derrumbando todos los fundamentos de la justicia y de la ética política.
Estos seres forrados de pellejo han producido la indignación
del pueblo al que sirven y se han convertido en simples pellejos repugnantes,
vacíos de toda ética y de toda dignidad, cualidad que reside únicamente en el
pueblo. Dignidad que mantiene al ser humano en pie y que siendo lo único que
posee en propiedad defenderá con su vida si fuese necesario. Así que señores
pellejos, tengan cuidado con sus mentireros políticos, que un pueblo indignado
es capaz de todo.
Superhéroe que salvó al pastor del lobo y lo jodió
¡Que viene el lobo, que viene el lobo!, gritó el pobre
pastor asustado, mientras corría desesperado hacia el pueblo, dejando su rebaño
en las montañas. Las gentes del pueblo armadas con lo primero que pillaron a
mano, corrieron prestos en su ayuda. Mientras tanto, el cabrón del pastor,
escondido tras unos arbustos se partía el pecho de risa al ver a sus paisanos
buscando al inexistente lobo.
Dejó pasar un tiempo y volvió a repetir su broma, con
idéntico resultado.
La tercera vez que intentó reírse a costa de sus vecinos,
algo falló. En su carrera hacia el pueblo, gritando desesperado ¡que viene el
lobo, que viene el lobo!, tropezó con un tocón de pino y sufrió una voltereta
que le costó un fuerte golpe en el morro, (en Aragón se designa con este
vocablo la boca), y sus gritos producían risa, debido al elevado número de “f”
que intercalaba. ¡que fiene el lofo, que fiene el lofo!, decía con el morro
roto, mientras corría mirando al suelo, dirección al pueblo.
Nadie acudió a su grito de socorro, y cuando todo parecía
perdido, apareció Rajoy, vestido con los calzoncillos slips por encima del
pantalón y una gran capa con la bandera de Europa. Rajoy, acompañado de un
destello luminoso de superhéroe rural, similar al “tío la vara”, pero en
político; le preguntó por el motivo de sus gritos al humilde pastor. El lobfo,
que se come lafs ovejafs. El tío era humilde; pero tenía mucha guasa, ya que no
se cortó en su broma, pese a su gran trompada y a tener frente a él a un
superhéroe, que más tarde sabría que era el “salvador de España”. Claro, que el
pastor no sabía quién era, nunca había visto ningún superhéroe, y es por ello
que el aspecto de este le causó cierta “risita” que no pudo contener. Además,
al oírlo hablar, pensó que se estaba “guaseando” de él, ya que habla un poco
raro y creía que lo imitaba con lo de sus “f”. Encima que me he caído y del
daño que me he hecho, este “gacho” me hace la burla. En fin, como lo que
nuestro amigo quería era seguir con su broma, no le dio importancia a la forma
de hablar tan peculiar de nuestro héroe; así que le indicó el lugar en que
había dejado su rebaño, para que Rajoy fuese a salvarlo, mientras que él
buscaba escondite cerca de allí, en un lugar desde el que divisase toda la
escena para poder despacharse a gusto y revolcarse de risa.
No te preocupes, buen hombre, le dijo Rajoy, yo salvaré tu
rebaño. Así, se envolvió en su capa e intentó volar; pero no lo consiguió y se
fue andando al lugar indicado por el pastor. Una vez allí, en medio del rebaño,
sacó un teléfono móvil y marcó unos números.
El pastor contempló atónito la escena, el superhéroe en el
centro del rebaño, con el móvil en la oreja y haciendo las muecas típicas de
los que están hablando por el teléfono móvil.
Al terminar la conversación, giró la cabeza a uno y otro
lado, hasta que divisó al pastor escondido tras unos matorrales. Se dirigió
hasta él y dándole unas palmadas en el hombro le dijo que ya estaba todo
solucionado, que había pedido un rescate de 100.000.000.000. de euros y que con
ellos podría hacer frente a sus problemas con el lobo. El pastor, atónito, le
preguntó sobre el coste de ese rescate; pero Rajoy lo calmó con unas palmaditas
de ánimo y le dijo que no se preocupase, que no es problema. Con ese dinero
sanearan los bancos y el lobo no será problema.
Al día siguiente, el pastor, tras no pegar ojo en toda la
noche fue a por su rebaño y no estaba. Bajó al pueblo y preguntó al peluquero
por su rebaño; pero el peluquero ya no era peluquero porque el Banco le quitó
la peluquería. Preguntó al panadero por su rebaño; pero el panadero ya no era
panadero porque el Banco le quitó la panadería. Preguntó a la tendera en la
puerta de la tienda que estaba cerrada porque el banco se la había cerrado.
Nadie en el pueblo supo dar razón del rebaño del pastor, por lo que se dirigió
al Banco, donde estaba su rebaño; pero no se lo dejaron llevar.
El pueblo del Banco del pueblo, solo tenía abierta la puerta
del Banco del pueblo.
El pastor sacaba a su rebaño imaginario y bajaba corriendo
al pueblo gritando: ¡que viene Rajoy, que viene Rajoy! Y las gentes del pueblo,
las de sus negocios imaginarios, corrían en ayuda del pastor, armadas con palos
y piedras que encontraban por el camino; pero ahora llevaban los ojos
inyectados en sangre y una rabia indescriptible.
El pastor se escondió en un matorral y al ver a sus vecinos
encolerizados buscando al superhéroe de los rescates, no se atrevió a salir del
matorral en el que fue encontrado 20 años más tarde, aún con vida y delirando.
Solo preguntaba atemorizado si Rajoy había vuelto por el pueblo.
Moraleja: No bromees con tu pan que de fuera vendrán y te lo
quitarán.
Y si eres pastor quédate con el lobo, no lo cambies por
Rajoy.
Vídeo de empleado de Mercadona, tras un curso intensivo
de mentalización sobre la productividad china.
El señor
Douglas McGregor, en su libro “El lado Humano de la Empresa”, defiende una
teoría bipolar, con fuertes implicaciones motivacionales, sobre los tipos de
liderazgo en las organizaciones (empresas), basados en las suposiciones que
éstos, los líderes, tienen sobre las personas.
Así, según
este autor, el modelo directivo puede ser de dos tipos contrapuestos, según
profesen la teoría “X” o por el contrario la teoría “Y”. La primera es aquella
que engloba a los directivos que parten de una visión pesimista de la
naturaleza humana. Su base es que le hombre, por naturaleza, repugna el
trabajo, lo odia, por lo que para hacerlo trabajar debe ser sometido a una
férrea disciplina. El obrero debe ser amenazado diariamente en su puesto de
trabajo, fustigado sin piedad. Al
hombre, le molesta la responsabilidad, huye de las decisiones, dejando que
otros lo hagan por ellos.
La teoría
“X” propone también el lema del palo y la zanahoria, es decir, el incentivo,
que no es otro que el económico, como es lógico.
Por el
contrario los jefes que profesan la teoría “Y”, tienen una visión positiva,
optimista, del ser humano y de sus posibilidades sobre la felicidad en el
trabajo. Consideran que el trabajo es un acto tan normal como el juego o el
descanso, que las personas para realizarse precisan de unas metas y un
compromiso.
Y yo digo
que bien, que ni una cosa ni otra; pero eso sí, que a gusto de todos nunca
llueve; pero al pobre si le cae agua le cae con granizo. El que trabaja lo hace
por dinero, y punto pelota; pero hay muchos que trabajan por dinero, por una
parte del dinero que se ganan, por el dinero que les dan, tras quitar el que
les roban sus explotadores.
Además,
citando a Maslow, las necesidades básicas del hombre se encuentran estructuradas
jerárquicamente, según los niveles de importancia que tiene la consecución de
estas. Se precisa la consecución de un nivel inferior para que puedan emerger las del siguiente. Estas
necesidades son: fisiológicas, seguridad, pertenencia y afecto, estima y
autorrealización. La autorrealización es el nivel más alto y para aspirar a él
debe tener satisfechos todas las anteriores. En el tercer mundo y, hoy día, en
gran parte del primero, muchas personas siguen enclavadas en el primer eslabón
jerárquico, ya que no tienen ni para pipas,
así que lo demás sobra.
La
autorrealización como nivel superior es la máxima aspiración del hombre, el
cual, como ente social, precisa estar integrado en grupos más o menos
numerosos, en la sociedad. Siendo el grupo de trabajo uno de los principales
grupos de afiliación del hombre, no el único, será preciso la autorrealización
desde la consideración del hombre como ser social.
Uniendo la
teoría de Maslow con la de McGregor, podemos descartar la teoría “X”, ya que,
según el primero, la máxima aspiración del hombre reside en su
autorrealización, en su propio ser como hombre y como ser social, lo que
refuerza la teoría “Y” de McGregor.(*)
Tras esta
breve exposición teórica sobre psicología de las Organizaciones, podemos darnos
cuenta del desconocimiento profundo que acerca de estos temas tienen los
directivos de las empresas españolas, los cuales tienen como uno de sus más
grandes estandartes al individuo llamado Juan Roig, dueño de la cadena Mercadona
y, por eso, una de las mayores fortunas del mundo.
Este señor,
anclado en la teoría Taylorista, de la segunda mitad del siglo XIX, (x palito
x), propugna la sumisión del trabajador a la producción y al beneficio
económico, (de la empresa, que es él mismo), bajo una fuerte autoridad de la
gerencia. Este individuo no debió ser el que dijo eso de “un trabajador feliz
es un trabajador productivo”, seguro.
Esta
persona, digo persona por su apariencia externa, no cerebral, no conforme con tener una ideología
retrógrada y fascista, se atreve a extenderla a los cuatro vientos, en la radio
pública, para que todos sepamos quién es este elemento. La prepotencia de los
superpodridos de pasta, les conduce a la indiferencia sobre la indignación que
producen sus palabras en los demás, en los que no nos sobra el dinero.
Que comente
estas idioteces retrógradas en su círculo de amistades no es relevante, ya que
todo queda entre ellos y con ellos; pero no lo publique al aire de las ondas de
radio, que la gente no está con los ánimos para oír estas chanzas idiotas.
Entre las
flores del discurso de este personaje del dorado bursátil, destacamos una frase
que será famosa con el tiempo por su ironía e imbecilidad: “siento envidia de los
trabajadores chinos, su forma de trabajar y su mentalidad de producción.
Gracias a Dios y desde mi máximo respeto y consideración a esta raza, tan
diferente a la nuestra, quiero entender que se refiere a esos talleres que
trabajan 24 horas al día, talleres clandestinos en sótanos de edificios y con
trabajadores hacinados en espacios inhabitables, descansando gracias al
envidiable método de la “cama caliente”, con 10 minutos para comer sin
abandonar el puesto. Este Roig debió nacer en la época de los esclavos, sería
el hombre más feliz del mundo, además seguro que él era un terrateniente
blanco, porque todos tontos tienen suerte. ¡Pensaría lo mismo desde la
perspectiva del esclavo!, claro que sí, por eso dice lo que dice.
Señor Roig,
pruebe usted esta metodología de trabajo “china” con sus empleados, si puede, y
veamos qué bien le va.
También
dice que en España somos vagos, y lo dice siendo usted uno de ellos, supongo,
españoles quiero decir, no creo que se incluya dentro de los vagos. Aunque por
otro lado, lo que usted hace es usar un estereotipo, que es una generalización
no real para simplificar una descripción, y al ser general usted está incluído,
por lo que no se aparte de su propia descripción y considérese también un vago;
pero yo le digo que más vago que los demás, pues es gracias al trabajo de los
demás vagos, de los que usted ha obtenido su fortuna. Así que, por esta razón,
tenga un poquito de consideración, si bien no con todos los españoles, al menos
con sus trabajadores. Tenga en cuenta que si fueran como usted dice quizás no
sería usted rico.
Permítame
decirle que su cinismo al proponer que se debe desincentivar el paro, no tiene
parangón. Esto lo podría decir si fuese usted quien lo pagase, que no es el
caso, así que cállese.
Cuando una
persona trabaja, cosa que hoy por hoy es un lujo, cotiza para el día en que personas
como usted, y por la mala Gestión que realizan y su ambición sin límites, basándose
en dudosas premisas de productividad, dejan de hacerlo. Y tenga en cuenta que
el paro no es una situación deseada por nadie, todos queremos trabajar y no
solo por dinero, sino por dignidad, por naturaleza o por autorrealización, como
dice Maslow.
También
dice que en España hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y lo dice
usted. Esto lo puedo decir yo, que para comprarme un coche tengo que pedir un
préstamo; pero que lo diga usted desborda los límites de la ética, más aún con
la que está cayendo. Yo creo que lo que más les jode es ver a sus empleados de
vacaciones en los mismos sitios que ustedes los ricos, con coches como los de
ustedes y alguna vez en la mesa de su lado en el restaurante de lujo al que
usted acude a diario.
Mire señor
Roig, vida hay una y hay que vivirla, y hay que vivirla lo mejor posible y si
los obreros van de vacaciones será porque se las han ganado, y si tienen coche
es porque lo necesitan para trabajar y si se compran una mierda de piso de 60 m., en las afueras de las
grandes ciudades, es porque cuentan con que usted y sus colegas no los despidan
porque no ganan todo lo que quieren ganar.
Un obrero
honrado, como lo son todos, nunca llega a rico, pocos salen de pobres y algunos
acaban en el foso de la miseria por la asquerosa ambición de personas como
usted.
Por último,
eso que usted dice de “la mentalidad del todo gratis”, lo dirá usted por usted
mismo, por los que como usted, con sus cortejos de abogados y banqueros dejan
de pagar a las arcas públicas. Todo trabajador por cuenta ajena, con una mierda
de nómina, paga religiosamente lo que tiene que pagar, usted no tiene y pagará,
no le digo que no, lo que pongo en duda es si paga lo que tiene que pagar, y
esto lo hago extensivo a todos los que como usted se limpian los mocos con
billetes.
Mire, señor
Roig, deje que le de un consejo, no diga más tonterías y mucho menos en la Radio Pública, estas cosillas
cuénteselas a su gorila, o a su loro, o a sus guardaespaldas, al Rey a Rajoy;
pero no lo diga en voz alta, que lo único que provoca es indignación, hacia usted
y hacia su empresa; y aunque lo primero, por su prepotencia le importe un
bledo, lo segundo seguro que le afecta.
Y otra
cosa, mírese al espejo, en pelotas y repítase a sí mismo lo que dice a los
demás. Quizá se dé cuenta de su propia estupidez y a lo mejor se vuelva un
poco, solo un poco más humano, entonces podremos tutearle. Se sentirá mejor,
piénselo.