Polifemo Bárcenas dudando si comerse primero a Cospedal o a Rajoy |
Cada vez
comprendo menos el mundo de los cuentos. Se supone que cuando el malo está en
la cárcel, el resto de la humanidad descansa; pero esto no es del todo cierto.
Me explico, preso el ladrón, los robados descansan, a la vez que recuperan el
dinero robado, se supone…
La
policía coge al delincuente, lo lleva ante el juez, este lo juzga y le impone
la sentencia. El condenado paga y cumple lo impuesto por el juez, y colorín
colorado este cuento se ha acabado.
Pero
ahora vamos a centrar el cuento en el contexto de una mierda de país
imaginario, que por imaginario no significa que no pueda ser real. Un país con
una larga historia, una Historia con mayúsculas. Un país con una inmensa
cultura y con fuertes y arraigadas tradiciones, un país de contrastes, de sol,
de frío, de montes y valles, de pueblos despoblados y ciudades cosmopolitas, de
rollizos agricultores y trajeados “yupis”, de hermosas y flamencas morenas y de
rechonchas y coloradotas campesinas. De coches de lujo y de burros de carga, de
bueyes y de caballos de raza andaluza, de burros y de políticos burros, de
votantes y de mentirosos votados, de cerdos de jamón y de cerdos de corbata y
traje.
Un país
colonizado y formado a raíz de esas colonizaciones de las grandes
civilizaciones antiguas, las cuales dejaron sus posos en la sociedad y de tales
posos tal café. Posos mal aprovechados gracias a la enorme influencia y poder del
catolicismo en todos los ámbitos sociales. País católico, apostólico y romano,
nada de ácrata y aconfesional. País de democracia de mierda en la que la
división de poderes, que debe ser su base, es pasada una y otra vez por el
forro de los “colindrones” de nuestros gobernadores electros, y electos tras
las mentiras y las engañosas promesas electorales. País de la antipolítica
aristotélica, de la depreciación de las ideas a favor del poder como medio de
enriquecimiento personal. En fin, un país Mediterráneo, con rey y reina y
príncipe y princesa, y yernos y nuera, y nietos, muchos nietos, nietos, nietos
como para no parar, como si se tratase de producción en serie, de sol y playa.
En este
contexto, el malo es el que controla la situación, el jefe, el protagonista del
cuento; ya que tiene cogidos de los huevos a todos aquellos que dicen que
controlan la situación, que rigen la vida política, social y económica. Estos
últimos, acojonados en sus escaños, ni siquiera intentan defenderse con
argumentos estúpidos, como suelen hacer en estos casos. Y ofrecen el silencio
como respuesta. Se agarran al poder con las pocas uñas que les quedan y callan,
mientras que, desde la cárcel, el malo – malísimo, controla la situación,
controla a los controladores de la policía que lo ha detenido, de los jueces
que lo están juzgando. Desde su presidio rige el futuro de un país de mierda
que está en sus manos, tras los barrotes de cristal.
El malo
quizás no solo sea él; pero debe decir quienes son, debe cantar cual jilguero y
espantar los moscones del reino. Debe limpiar su jaula para de este modo pasar
de ser juzgado a quizás aclamado, cual capitán que se hunde, que debe hundirse
con su barco. Debe limpiarse a sí mismo y a los demás y librarnos de él mismo y
de todos sus lacayos; pero antes que sufran, que se jodan. Que vivan en la
angustia de no saber lo que mr. Bárcenas dirá mañana, de lo que confesará a los
que se supone que aún están fuera del control de los corruptos que le han
acompañado y seguido en sus tropelías.
La
policía debe coger a los malos, a todos los malos, que para eso están, para eso
tienen las pistolas. Los jueces, de forma totalmente independiente y sin
presiones juzgar a los que tienen que juzgar, y los fiscales, sin presiones,
acusar a todos los que tienen que acusar; pero esto es una quimera, una
ilusión, una falacia; por lo que este país, aunque nos pese a los que no
tenemos culpa de esto, seguirá siendo una mierda pinchada en un palo de churro.
Y colorín colorado este cuento no se acaba nunca…, así que me voy a tomar una
cervecita fresca al bar de debajo de mi casa, que lo regentan unos chinos de
verdad, de los de los ojos rasgados y de los del café aguado.
Juan
Carlos Vázquez
Salu que no falte.
ResponderEliminarYa estoy hasta los guevos de Mariano,barcenas,cospedal ahora federico que sale a la palestra etc,etc.
Si bajas al chino avisame tronk, que te acompañare a tomar una cervecita y a hablar pero no de esto..que esto no me pone mas que de mala hostia.
Tronk.