Sentada, a la orilla del mar, con su gran pamela blanca y su bañador tintado en varios tonos de azul, con la vista puesta en la línea que separa el cielo del mar.
Una perfecta horizontal que advertía que si te acercabas a ella se alejaría, de igual forma que, los niños, corrían tras el arco iris, intentando alcanzarlo para dejarse inundar por sus luces de colores.
Pensaba que nadando y nadando llegaría a alcanzarlo y que una vez allí, encontraría un precipicio que le presentaría un mundo desconocido, separado de la realidad por esa finísima recta que demarca el horizonte.
Con sus pies desnudos, dejándose acariciar por la espuma que producían las olas al deshacerse. De fondo, solo se oye el mar..., y una tenue brisa que jugaba con sus cabellos, alguno de los cuales se quedaba atrapado entre sus labios.
Sus ojos negros, color azabache, perdidos en la inmensidad azul verdosa, mirando hacia su interior, rebuscando entre sus recuerdos, en el archivo de su memoria, los rincones de su vida ya gastada.
Su rostro dibujaba una leve sonrisa que se dejaba escapar tímidamente entre sus preciosos labios de flor carnosa, iluminando su cara.
Su único deseo era que las olas siguieran acariciando sus pies desnudos.
Juan Carlos Vázquez
Eres un artista!!
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