Dónde han
quedado esos años en que este señor, pese a sus dispendios económicos en el Ayuntamiento pseudoolímpico de Madrid, era
considerado como uno de los políticos mejor valorados del faunario español.
Engañó a casi todos con su talante “aperturista”, sus simpáticas insinuaciones
a Wayoming, sus enfrentamientos a cielo abierto con uno de los caimanes pperos,
como es Esperanza Aguirre, o su litigio sin llegar a Puerto con Míster Zaplana.
A algunos no
pudo engañarnos, ni siquiera con esa sonrisa más falsa que los billetes de doce
euros. Quizá creía que podía institucionalizarse como “el Alcalde de los
madrileños" y que pasaría a la Historia como un símbolo de la política municipal de nuestro país. No, no ha sido así,
tarde o temprano las gomas de las máscaras se pudren y las caretas caen al
suelo descubriendo el verdadero rostro de los que se cubrían con ellas.
Quizás el “puestecillo”
de alcalde de una capital de una Nación no fue suficiente para él, que vivió de
la herencia de su padre durante más de treinta años, sirviendo de ejemplo de una sociedad cerrada
en que los cargos institucionales electos pasan de padres a hijos en un claro
ejemplo de Democracia a la medida de quienes la proclaman, sosteniendo el
modelo actual de listas cerradas en el que se aseguran la supervivencia de los
suyos, contrario a los valores de la igualdad y la libertad.
Este señorito fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid.
Durante su trayectoria en la oposición municipal, se destacó por su ataque a la
revista Madriz a propósito de las referencias políticas y el lenguaje del
mundo de la droga presentes en una historieta de Ceesepe. Visiblemente enfadado, diría de ella
que se trataba de una "porquería
repugnante, pornográfica, blasfema, en el sentido jurisdiccional de la palabra,
contraria a la moral y a la familia".
Esto en 1983 y por lo que vemos, poco o nada ha cambiado su ideología. Así que
cuando pudo, es decir cuando agarró la cartera de ministro, se puso al servicio
de la Santa Madre y de los sectores más radicales del Opus y de otras
formaciones como el Foro de la Familia, para sacar a la luz una ley a medida de
estos "validos" y a la cual se oponía hasta mi periquito; pero daba igual, el
océano se abriría a su paso, con su maletín y con su proyecto de ley en él.
Ese intento de
devolvernos a una autocracia nacional católica, como la vivida y pasada,
trasformaba los cimientos de la democracia plural y no confesional que rige
nuestras vidas desde el 78. Queda claro, pese a todo, que lo de No confesional
es una quimera y que el no atrevimiento de nuestros padres de la Constitución a
llamarla Aconfesional lo hemos de pagar durante muchos años.
Bueno, ahora
vuelvo a la nevera a asegurarme que sigue ahí encerrado y que no le falte de
nada, que cualquier día este vuelve a la escena pública con su maletín y nos la intenta
liar de nuevo; pero antes le preguntaré sobre ese asunto que nos tiene a la
humanidad en vilo, aprovechando que está dentro de la nevera, ¿es verdad que al
cerrar la puerta la luz se apaga?, pues que así sea majo, duerme que para días
tienes, espero.
Juan Carlos
Vázquez
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