viernes, 6 de junio de 2014

AFORADOS, AFORRADOS E INDULTADOS. UNO PARA TODOS Y TODOS PARA UNO. ¡VIVA YO!



“Aforado: adj. y s. [Persona] que por su dignidad, rango o profesión goza de algún fuero o privilegio en materia de jurisdicción”. http://www.wordreference.com/definicion/aforado
Si por un lado nos dicen que la ley es igual para todos, no entiendo eso del aforamiento a diestro y siniestro, de forma que de seguir así habrá menos personas no aforadas que aforadas.
Además ese afán por aforar gente supone, en cierto modo un desprestigio de nuestras instituciones de justicia; pues los tribunales ordinarios no pueden impartir justicia a estos “elegidos”. Estos personajes diferenciados del resto de la población, no solo tienen un estatus de privilegio por la posición social que ocupan y el rol que desempeñan, sino que los delitos que cometan serán considerados de forma diferente a los cometidos por mi primo el de Cáceres.
Los defensores mediáticos de esta figura, la figura del aforado, llegan a justificar su existencia con argumentos tan estúpidos como inútiles, diciendo que no se trata de un privilegio sino de todo lo contrario, ya que se reduce su capacidad de recurso. Dando a entender que el pueblo llano, los cada vez menos “no aforados” son los realmente privilegiados al poseer un escalón más en el proceso de los recursos judiciales.
Por otro lado considerando la teoría de la relatividad, también podríamos justificar los argumentos estúpidos que defienden la situación negativa de los aforados, aludiendo simplemente al lema de dicha teoría. Así, cuando protestemos por los cinco mil y pico aforados que hay en nuestro país, podrán calmar nuestra boca con la frase: “todo es relativo”, desdiciendo el privilegio que supone esta situación.
La ocupación de un cargo de autoridad, de aquí a nada, llevará implícita esta condición, así tendremos el maestro aforado, el médico aforado, el municipal aforado, etc.; pero no para diferenciarlos del maestro, del médico o del municipal no aforado; puesto que estos últimos ya no existirán, todos serán aforados. Solo quedarán sin aforar los trabajadores de cuello azul, campesinos sin tierra propia, parados, amas de casa, sin papeles y demás pobres de nuestra escena social. “La justicia” será, o quizá lo sea ya, como la declaración de renta, solo pagarán los que menos recursos tienen.
Digo yo que si alguien tiene una ocupación de responsabilidad se le presuponen ciertos valores coherentes con los socialmente aceptados y si en el ejercicio de su labor realizan actos punibles, deben ser juzgados como cualquier otro, incluso con menor consideración de sus eximentes. No es lo mismo robo de una misma cantidad que produce alguien para dar comer a su familia que el que produce uno desde su posición de prestigio sin necesidad alguna, por mera codicia. Digo yo y sin querer justificar delito alguno.
Lo de la justicia es igual para todos no se lo cree ni la “Curraca” que es la gata de mi tía Petra, la de Córcoles de la Ribera, ni aunque lo diga el Rey, (esto último es coña).
Para más “inri” se cargan la justicia gratuita, por obra y gracia de “Gallardóncito”, que supongo que tampoco la tendrán los aforados, jo! Qué tonto soy!, si estos no lo necesitan. Además de pobres económicos y sociales seremos también pobres de justicia; pero con otro sentido al que tradicionalmente se ha dado, ahora los pobres somos pobres de verdad, del todo, pobres hasta para llorar.
¿Cómo se llama el tío ese?, me preguntaba mi amigo el del asilo refiriéndose a Urdangarín, ¿ese tío que dicen que ha “robao” tanto?. ¡míralo, en Suiza que está!. ¿Bien le habrán “quitado” el pasaporte?. ¡Ya lo habrán “indultao”!, ¿no?. Si hubiera hecho yo lo que dicen que ha hecho él…Pobre hombre hay que comprenderlo que es muy mayor y convive en la habitación con un señor alemán que se llama Alzaimer o algo así.
Yo, no sé; pero creo que nos venden lo que quieren y encima se creen que se lo compramos. Los españoles, los españoles pobres, somos pobres, como los de siempre; pero ya no somos analfabetos como los de antes y en nuestra pobreza somos honrados y no nos preocupa no ser aforados, porque nosotros no robamos, sabemos lo que es la necesidad y desconocemos la opulencia y la avaricia; pero defendemos la justicia, la de verdad, no la mierda que tenemos ahora y que ha tomado robado su nombre.


Juan Carlos Vázquez

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