Por tanto, no es necesario que ese peligro sea real, basta con la simple percepción, con la mera posibilidad de que algo suceda. Esto ha sido usado desde la antigüedad como instrumento al servicio de intereses concretos. Desde los antiguos chamanes trivales hasta las institucionalizadas religiones actuales, la muerte y la postmuerte, se han utilizado para controlar las mentes de los vivos y así poder ser usados como objetos de valor para el desarrollo de sus fines privados. Todos sabemos que la muerte es real y lo es porque sucede; aunque lo que sucede no es la muerte en sí; sino el fin de la vida. Quiero decir con esto que la realidad palpable es la vida, no la muerte. la vida es un proceso determinado y desarrollado en tiempo real, la muerte no es nada, es solo la ausencia de vida. Si alguien se muere es porque previamente ha estado vivo.
Resumiendo, que es gerundio, lo que nos puede dar miedo es la vida, ya que de esta tenemos plena conciencia. Pues bien, aquí es donde las religiones han hecho su agosto al presentarnos esa "otra vida", que llaman ellos, como algo tenebroso si no hacemos lo que ellos dicen que hagamos en la vida real, por lo que se basan en el miedo, más aún si esa otra vida no tiene fin. Debe ser realmente terrorífico estar toda la eternidad quemándote los huevos en el infierno, sabiendo que no va a tener fin dicha tortura.
Al dotar de realismo lo desconocido e interiorizarlo, el miedo está ya institucionalizado, ya podemos decir que el miedo existe y así las empresas del miedo pueden ya realizar su labor. La religión y la política tienen carta libre para actuar.
En occidente, predominantemente católico y liberal, hay dos infiernos comandados por lucifer y Hugo Rafael Chávez Frías. El primero es una invención para reforzar lo desconocido, el segundo es, bueno fue, una
persona real, de carne y hueso. Así, la maquinaria política liberal nos presenta a este señor, o mejor dicho a su modo político, el chavismo, como el "coco", como la hidra de un occidente capitalista perfectamente ordenado y estructurado.
Así el miedo al chavismo es usado por la derecha española y por la pseudoderecha (PSOE y C´s), como amenaza al orden establecido y utilizan todas sus armas para arrojar sobre nuestras cabezas este absurdo mensaje del miedo. Pero lo importante no es que nosotros, el pueblo, los pobres interioricemos ese miedo; pues cuando no se tiene nada nada pueden quitarte. Como dice un amigo mío, lo más que le pueden hacer es despeinarlo, y eso no le da miedo. No somos nosotros quienes tenemos miedo; sino ellos, los propios políticos. Miedo a que se les acabe su estatus quo, a que algún chavista, que dicen ellos, le desmonte el chiringuito y es precisamente eso lo que nos quieren transmitir, para que seamos nosotros quien les liberemos de ese miedo de ellos y hagamos lo que ellos por si mismos no pueden hacer sin recurrir a la fuerza y la violencia.
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